En mi condición de político apegado a la calle y a las circunstancias que
pasan en ella en cada momento, me dispongo a tratar un asunto que está de
actualidad por causas no precisamente buenas.
Es conocida la labor del último Gobierno Socialista de José Luis Rodríguez
Zapatero en materia de igualdad, donde el papel de la mujer en la sociedad ha
sido reconocido de manera clara y rotunda dando pasos importantes en este
sentido, aunque queda un largo camino por recorrer.
Ha habido muchas mujeres en la Historia que han marcado hitos importantes,
para darnos cuenta lo difícil que es que una mujer se haga hueco en un mundo
que parece estar hecho para hombres, cuando en realidad no es así.
Si repasamos la Historia de la Humanidad empezando por la Grecia Clásica nos
encontramos con la poetisa Safo de Lesbos, la gran personalidad de Cleopatra en
Egipto desafiando a todo un Imperio Romano, a Juana de Arco o a la española
Clara Campoamor que fue capaz de encabezar el movimiento en favor del voto
femenino en tiempos de la II República Española.
Para mí, una mujer es un factor de enriquecimiento personal, social,
laboral, artístico, humano que no puede dejarse de lado nunca puesto que toda
sociedad avanzada que se precie no puede entenderse sin el indudable valor que
ellas tienen.
La visibilidad del género femenino se pone de manifiesto en multitud de
asociaciones de mujeres, en los Institutos y/o Direcciones Generales de la
Mujer, Secretarías de Estado así como uno de los hitos de nuestra Democracia,
que fue la creación del Ministerio de Igualdad, tan denostado por medios de la
Derecha de España así como desde las filas del propio Partido Popular, en un
gesto de intolerancia sucio y aberrante que nos avergüenza a todos como seres
humanos con derechos que así nos sentimos.
Pasado el tiempo del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero (tiempos
donde aquellos medios que he citado anteriormente acusaban incluso por mujeres
cercanas al ala más radical de la Derecha, eso sí algunas en su momento hasta
Ministras de Gobiernos Socialistas como Cristina Alberdi, tildaban de “igual
da” al Ministerio de Bibiana Aido, ministra que junto a Leire Pajín e incluso
Carmen Chacón fueron poco menos que ninguneadas por el único hecho de ser
mujer), nos encontramos con insidias, arrinconamientos injustos a todas
aquellas mujeres que tienen algo que decir en la sociedad incluso comparándolas
con movimientos “filoetarras” como es el caso de Ada Colau, miembro de la
Plataforma de Afectados por la Hipoteca así como la Diputada Nacional del PSOE
Patricia Hernández Gutiérrez, un valor de la socialdemocracia española que está
en auge por motivos propios y elocuentes gracias a una labor parlamentaria
encomiable que nos hace sentir orgullosos ya no sólo a los socialistas sino a
todos los jóvenes de bien que sentimos que en este mundo no hemos venido de
paso sino que tenemos mucho que decir.
La igualdad debe conseguirse mediante caminos de diálogo, concienciación
social, solidaridad, libertad y aumento de derechos para todas las mujeres y
ahí la labor de todos es fundamental para que podamos conseguirlo aunque haya
un Gobierno en España que ningunea a las mujeres en cuestiones como las del
aborto o el de la reproducción asistida gracias a dos políticos que son
fundamentales para que esta injusta labor lleve a caminos deseados por este
Gobierno servil de los mercados y no representante de la labor popular como son
el Ministro de Justicia Alberto Ruiz Gallardón ó la Ministra de Sanidad Ana
Mato.
Quiero reconocer aquí también la labor que están realizando los partidos de
izquierda de nuestro país al estar en frente de aquellos que no consienten que
la igualdad no sólo sea un hecho sino un derecho por el que se ha estado
luchando durante siglos en todo el mundo destacando, de la parte que conozco,
la labor de la Secretaría de Igualdad de la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE
con Purificación Causapié al frente de ésta pues a fe sé que su trabajo está
siendo lo suficientemente importante para que la visibilidad y el
reconocimiento social de las mujeres de nuestro país sea real al igual que un
acto de justicia.
No podemos consentir que un Gobierno decida en algo tan personal como el
aborto, en la inseminación artificial de mujeres sean lesbianas o madres
solteras así como proteger legalmente como merecen a todas las mujeres que
sufren la barbarie que es la violencia de género donde por desgracia, no sólo
tenemos múltiples casos de maltratos sino también asesinatos crueles, viles e
injustos de mujeres a manos de sus parejas que inundan los informativos de
nuestro país de manera triste y lamentable.
Desde aquí lanzo un llamamiento no sólo a las mujeres víctimas de la
violencia machista sino a todos los sectores de la sociedad para que seamos
capaces de denunciar cualquier tipo de caso de violencia de género que nos
encontremos puesto que una sola llamada a la Policía Nacional o a la Guardia
Civil en los teléfonos de atención a mujeres maltratadas pueden salvar una vida
y por qué no, salvar varias más por ello, si queremos igualdad, no podemos
cruzarnos de brazos nadie porque esto “no da igual”, esto es, sencillamente,
una tarea de todos.
Que nadie dude que
aquí este servidor del pueblo, es un hombre más que está y seguirá estando al
lado siempre de los que lo necesitan, de los que sufren y es que si además,
llego a estar en un puesto de responsabilidad política cumpliré en este caso y
los demás mi máxima: tener un pie en el despacho y el otro, en la calle.