El Gobierno español invoca la supremacía de la
Constitución y la claridad con la que consagra la indisoluble unidad de la
nación española y advierte que la soberanía nacional reside en el pueblo
español.
La
vicepresidenta y portavoz de Gobierno der España ,ha asegurado que el Gobierno
de España actuará con «firmeza y
fortaleza» contra el desafío soberanista del presidente Cataluña, Arthur
Mas, , y dejó claro que la convocatoria de un referéndum independentista
«no entra dentro del marco de la Constitución”. Con estos antecedentes hay
que decir que ya era hora de que el Gobierno de España dijera algo al respecto
y que tanta gravedad tiene para la unidad de la
nación.
El
Presidente de la Generalidad se ha alzado abiertamente contra nuestro
ordenamiento legal, aprobado libremente en democracia. La Generalidad amenaza
con organizar un referéndum inconstitucional. Además desoye sistemáticamente
las sentencias del Tribunal Supremo y el TC cuando no se pliegan a sus dogmas.
Arthur Más
ha sido incapaz de aprobar sus presupuestos que es obligación de
cualquier gobernante, su único programa es la persecución sectaria de todo lo
que tenga el mínimo poso español, en un afán de romper las amarras afectivas seculares y fomentar la
independencia. El y los que le apoyan en el gobierno catalán, trabajan denodadamente
contra España, nación de la que siempre
han formado parte, ya que Cataluña jamás
ha sido independiente.
Difunden la historia con mentiras, que se
inculcan desde las escuelas donde se fomenta la aversión a lo español. Se
miente también sobre la financiación, cuando la realidad es que el Estado
destina a cada catalán un 20,6% más que a un valenciano o un 7% más que a un
madrileño. El español que es el idioma más hablado en Cataluña estando prohibido de facto en las escuelas y
en los rótulos comerciales y públicos.
Entre las curiosas interpretaciones que invocan
algunos nacionalistas para justificar su
separatismo esgrimen el argumento erróneo de la situación de Escocia que no es
similar ni resulta equiparable: Escocia fue un reino independiente cuyo
parlamento decidió de manera libre en 1707 unirse al resto del Reino Unido (Unión
Act). Cataluña formó parte del Reino de Aragón y ha sido parte integral de la España
moderna desde sus orígenes.
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El
PSC alistado con el nacionalismo catalán, se saca de la manga la necesidad de
llevar a cabo un acuerdo entre los grandes partidos nacionales, para que
definan un “nuevo status” para Cataluña, mientras que el PPC ha limitado las
posibilidades de negociación entre Estado y Generalitat en la financiación,
excluyendo la consulta de autodeterminación.
El presidente de Ciutadans (C’s), Albert
Rivera, ha pedido al Gobierno ya la oposición «un plan» que incluya
una serie de reformas estructurales en diversos ámbitos para sacar a España de
la actual situación de «debilidad» porque, ha afirmado, «cuando
un país tiene problemas hay que arreglarlo, no romperlo». Esto es lo más
adecuado a una situación tan grave como la planteada, son los españoles los que
se dieron a si mismo la Constitución actual y estos deben ser los que decidan
al respecto de un cambio y en beneficio de todo el pueblo español.
Los partidos políticos que digan «claramente lo
que piensan» y no estén sólo en ganar las elecciones y que defiendan que
la unidad de España «no es algo franquista ni facha, sino que es
importante para garantizar la igualdad de los españoles».
