La espiral del desempleo,
es la que nos puede
traer unas consecuencias
indescriptibles, si es que no se remedia y pronto, la sangría que algunos grandes, medianos y pequeños
empresarios -los más-, están consiguiendo
con los despidos improcedentes, los ERE´s famosos y las negativas
bancarias a conceder ayudas y
créditos, que posibiliten la recuperación
de algunos y el disimulo generalizado de otros
muchos, arguyendo tretas y
mínimos beneficios que llevarse al bolsillo
para conseguir su propósito; porque si
no, no se entiende que marcas
prestigiosas y firmas comerciales
de todos conocidas, estén despidiendo
empleados de muchos años sin más,
para contratar después bajo mínimos y que lo único que han hecho, es
consolidar esas empresas amasando capitales impresionantes para sus mayores; y bien sabe Dios que no me estoy refiriendo
en absoluto al problema
candente que tenemos en la actualidad, con el asunto de la Siderúrgica Balboa, S. A., porque ese es
otro tema bien distinto. Si no se
construye, no se consume hierro, y si no se consume hierro, no se vende, y si no se
vende para que vamos a fabricar.
Y es que, aún entendiendo que la primera obligación de un empresario, “es la de ganar dinero”, no es menos cierto, que estando en una situación de crisis
irreversible, como la que estamos
atravesando (por culpa de “todos
sabemos quién”), no siempre los
beneficios, van a estar a la altura de los tiempos de bonanza;
o lo que es lo mismo que decir, que si hasta ahora, los beneficios
eran de un 20%, con respecto
a la inversión, y con las dificultades solo llegan al 15 ó al 10%, ello
no significa que tengamos que dar
un cerrojazo a las primeras de cambio, al pequeño,
mediano o gran negocio
y despedir a los
empleados de turno a nuestro antojo, pensando que esa es la única solución al problema.
Se pueden adoptar otra serie de
soluciones, como por
ejemplo rebajar el importe salarial y aguantar
el tirón hasta
que la situación mejore; que es
según parece la solución que quería adoptar el Grupo Gallardo, para no
verse obligado a cerrar la siderúrgica.
La filosofía industrial, ha consistido
siempre, en ser cada día
más productiva, para poder competir en mejores condiciones que el competencial adversario y para conseguirlo, han tenido que utilizar los mejores medios y las mejores condiciones y para
ello hoy en día; lo mejor es saber utilizar el I+D+i, que significa (INVERTIR más, para DESARROLLARSE
mejor, aportando iniciativas nuevas con
la “INNOVACIÓN”),
y nunca disminuyendo las inversiones dinerarias o trabajando
menos horas y
con menos personal,
para aumentar los beneficios; esa es la gran mentira, que
muchos industriales utilizan para rebajar el número de nóminas y las
aportaciones a la Seguridad Social,
pensando que con ello lo van a conseguir.
Por lo que respecta
a los servicios y al comercio en general,
es casi más
de lo mismo; porque, aunque su cometido
industrial, no sea el de la transformación de materias, si tienen y deben
obligarse a utilizar
la fórmula antes citada del I+D+i, (invirtiendo más, en mejores condiciones de compra, para desarrollarse mejor,
utilizando el marketing competencial de ventas, innovando en las técnicas, los
mercados y la publicidad, etc.).
Ahora es cuando hay que
demostrar, si se tiene o
no verdadera vocación empresarial y dar el “do”
de pecho, tratando de conseguir
que nuestro negocio se mantenga en el tiempo, que siempre fue nuestra vocación primera y nuestro
esfuerzo y no dejándonos llevar por
la apatía, el miedo, o el egoísmo mal entendido
y porque en definitiva, es quien puede
soportar estoicamente esta situación de adversidad;
porque a los asalariados, malamente se lo vamos a
poder exigir y otra cosa bien distinta y bien peligrosa, será la
actitud que de ellos
se derive, si al final
se encuentran en situaciones de desesperanza, incredulidad, duda o desaliento…, eso
va a ser lo peor de todo.
Esperamos y deseamos que esta situación no dure
mucho y podamos
salir del bache
cuanto antes, porque de
lo contrario, la situación se haría insostenible
y lógicamente más perderían, los que más
tienen, nunca los
que menos…, aunque en
esta ocasión para el
pueblo de Jerez de los Caballeros sería
una verdadera catástrofe. Ánimos y suerte.