La
palabra Vergüenza, que proviene del latín verecunda, es la turbación del ánimo
que se produce por una falta cometida o por alguna acción humillante y
deshonrosa, ya sea propia o ajena. Es un sentimiento que suele encender el color del rostro, dejando en
evidencia a aquel que lo padece. A veces
la vergüenza suele estar asociada a la timidez personal de quien no gusta de
mostrar en público ciertas facetas de su propia forma de ser o personalidad.,
por lo tanto, suele estar asociada a la timidez que lleva a no querer mostrarlas en
presencia de otros, en público.. Asimismo la vergüenza está vinculada a la dignidad o a la autoestima: “Ese político no tiene vergüenza: habla de defender una
postura y se inclina hacia otra y sin justificación alguna
También existe la vergüenza ajena que se
siente por la falta cometida por otra persona o por el ridículo que hace otra
persona
Muy claras y contundentes han sido las
palabras del Papa «Sólo me viene la
palabra vergüenza, es una vergüenza»,
así se ha referido al hablar de lo de Lampedusa, tras conocer la magnitud de la tragedia. «Hablando de crisis,
hablando de la inhumana crisis económica mundial, que es un síntoma grande de
la falta de respeto por el hombre, no puedo dejar de recordar con gran dolor
las numerosas víctimas del enésimo trágico naufragio ocurrido hoy cerca de
Lampedusa», ha dicho el Pontífice invitando a «unir los esfuerzos para que
no se repitan tragedias similares» ya que «sólo una decidida
colaboración de todos puede ayudar a prevenirlos».
El
drama humano que refleja esa catástrofe conmueve a todas las gentes de buena
voluntad y las palabras del Papa Francisco al hablar del sentimiento de vergüenza está haciendo patente la exigencia de soluciones eficaces a los
poderes públicos, ya sea la Unión Europea o los Estados, que no pueden lavarse
las manos ni desviar la responsabilidad de unos a otros..
También se siente se siente vergüenza ajena ante situaciones inexplicables que se producen
por razones de índole política, de ideas, y que se producen arropándose en anónimos de
cobardía para insultar a personas que
ejercen una función pública,
Otro tanto sucede y produce vergüenza hechos más cercanos y no tan trágicos, se
siente vergüenza ajena, cuando por ejemplo se oye al Sr. Mas, hablar. sobre la historia de Cataluña desde el
año 1714, porque no es verdad tal cual lo dice.
Se siente vergüenza y es una auténtica
desvergüenza que aquellos mismos
empresarios y financieros que en su día apoyaron el Estatuto soberanista de
Pascual Maragall y criticaron sin piedad al Tribunal Constitucional por
defender la Nación española y luego no
le dijeron a Arthur Mas que no diera el salto al vacío de la ruptura, y también
los que ahora no le exigen que rectifique y regrese a la legalidad constitucional.
y muy al contrario piden que quien
rectifique sea Rajoy.
Y termino sintiendo
vergüenza propia por el resfriado tan horroroso que me viene atosigando desde
hace mas de una semana. .