Digital Extremadura

ENTRETENIENDO AL PERSONAL

OPINIÓN
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Se habla de tantas cosas por parte de casi
todo el mundo que los ciudadanos están muy entusiasmados con todo lo que se
publica y ello hace que el personal esté entretenido con todos los temas que
algunos creen que
  son asuntos de interés
nacional.

 

Unos días se habla sobre la reforma de la
Constitución y las diferentes posiciones de los distintos partidos políticos.
Nunca hay acuerdo, pero el asunto que es muy interesante y que hace que los
ciudadanos releamos otra vez la Constitución, pues ello viene bien, porque es
una forma a través de los medios de comunicación de conocer qué opinan nuestros
representantes sobre el encaje de Cataluña; sobre la Corona y sobre el Senado;
sobre las Comunidades Autónomas y así nadie habla de otras cosas, o también
nadie habla de si hay problemas de otro tipo, porque esos otros no aparecen y
por tanto han dejado de ser noticia.

 

Se habla también de si estamos aprobando las
medidas que les prometimos a los hombres de negro. Sí, esos que nadie aún
conoce cuál es su nombre, pero por lo visto tienen tanto poder, que todo un
Gobierno de un país todo poderoso que es invitado al grupo de los más ricos,
les tiene que hacer caso. Es que si no, nos sancionan.

 

Ahora tocan los Presupuestos y ya estamos
hablando de ellos. Sí, son los presupuestos donde otra vez congelaran el sueldo
de los funcionarios y se apunta que es posible también que el salario mínimo
interprofesional. Son los presupuestos más sociales. O al menos eso dicen desde
el Gobierno; son los presupuestos más sociales y que harán pagar a los enfermos
crónicos por una medicación que obligatoriamente tienen que tomarse.

 

Mientras se debaten los presupuestos, no hay
que olvidarse del debate sobre la reforma de las pensiones. Sobre la obligación
de cumplir con uno de los requisitos de los que no tienen nombre, pero sí mucho
poder. Una reforma que ha puesto en contra a todas las organizaciones sociales
y empresariales, a los partidos políticos y a las propias organizaciones de
pensionistas, incluso a la más cercana al Gobierno. Una reforma que según la
Ministra hará que las pensiones nunca más volverán a congelarse, pero que
hábilmente nunca dice que perderán poder adquisitivo año tras año y que nunca
lo recuperarán, como se encargó de recordarle la representante de los
pensionistas.

 

Pero hay que seguir hablando porque aunque el
paro no deja de incrementarse, ya comienzan a verse los brotes verdes. Es
decir, hay que ilusionarse porque ya estamos saliendo de la crisis y pronto
comenzaremos a crear empleo según dice el Gobierno, aunque el CIS diga que tan
sólo 1 de cada cinco españoles cree que el año que viene España estará mejor.
Mientras cada día hay más familias que a duras penas salen adelante gracias al
apoyo de su entorno familiar, como demuestran los informes de organizaciones y
las propias cifras oficiales del INE que nos recuerdan que los hogares con
todos sus miembros en paro alcanzan casi los dos millones.

 

Cada día se
habla menos de Bárcenas y compañía. Pronto, hasta es posible que nos hagan
creer o que pensemos que eso pasó en el siglo pasado y que si llega un día
volveremos a hablar de ello, pero que hasta es posible que nos encontremos con
la respuesta de que el asunto ya está resuelto o que ha prescrito, y por tanto
no hay delito.

 

Mientras todo
ello sucede y así estamos entretenidos, la economía sumergida que existe en
nuestro país y que alcanza cifras superiores al 20% de nuestro PIB, sigue
aumentando. Pero en tiempos de crisis siempre emerge el debate y de vez en
cuando nos lo recuerdan como si fuera fruto de un comportamiento que tiene
ciclos, cuando es todo lo contario, porque permanece tan solo inalterable en
cuanto a su ascensión de ser cada día más escandalosamente voluminosa, hasta el
punto de que hay estimaciones que hablan de que las pérdidas impositivas se
sitúan entre 31.000 y 80.000 millones de euros al año, cifra que esta que se
aproxima a todo el presupuesto de la sanidad.

 

Mientras,
asistimos con normalidad a los resultados de la última encuesta del CIS porque
los resultados permanecen invariables en cuanto a la apreciación de los
españoles. El paro, la corrupción y el fraude, los problemas de índole
económica y la clase política vuelven a ser las principales preocupaciones de
los ciudadanos.

 

Algo de ello
pasa con el problema de la economía sumergida, que a fuerza de no proponerse
medidas reales y prácticas para cortar de una vez con esa sangría, es como si
estuviéramos dando por hecho que un día llegó para quedarse y que ahí permanece,
como formando parte de la cultura de éste país y eso sí que es enormemente
peligroso para una sociedad como la nuestra.


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