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APLAZAR EL FUTURO «A CONTRACORRIENTE»

OPINIÓN
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 Cuando en enero de 2010, el entonces presidente regional del PP, José
Antonio Monago, daba su valoración sobre el Consejo de Gobierno extraordinario
presidido por Guillermo Fernández Vara, celebrado en Mérida los días 14 y 15 de
enero del citado año, hizo una lectura «sui generis», en la que
comenzaba diciendo que ni
«es un Consejo ni es
extraordinario» y que «la Junta solo tiene capacidad para aplazarnos
el futuro con sueños»,
despreciando, de esta guisa, al Consejo de Gobierno y a su presidente, y
al considerar los acuerdos tomados como «engaños del juego político».

 

            Pues bien,
él ha presidido en Plasencia los días 10 y 11 un Consejo de Gobierno extraordinario
de la Junta de Extremadura, bajo el lema «A contracorriente», que
quiere decir, según su portavoz, que «el Ejecutivo trabaja con identidad y
personalidad propias», y ha anunciado 57 medidas, que suponen 125 millones
de euros de inversión, según la versión oficial proclamada a su término en un
largo discurso, que más pareciere de investidura, que de examen de la realidad
y de diseño del futuro.

 

            ¿Y cómo ha
sido recibido ese Consejo y las medidas que de él han emanado? Desde luego,
nunca con la descalificación que él hiciere entonces, aunque sea presidente de
la Junta de Extremadura por la gracia de IU, como el Generalísimo Franco fuere
«Caudillo de España por la gracia de Dios», según rezaban las monedas
emitidas por el Banco de España con su efigie en el anverso.

 

            Lo más
sobresaliente y titulado por todos los medios ha sido lo del copago
farmacéutico, que se aplicará a partir del 1 de noviembre, gracias, por fin, al
sistema informático implantado, que posibilitará a los pensionistas no
adelantar más dinero que el preciso hasta el tope establecido por el Gobierno de
España, injusto por lo demás, porque no es lo mismo pagar por ganar 18.100
euros al año igual que los que ganan 100.000. Vender como algo extraordinario
una medida obligada por la Asamblea en su reunión del pasado día 10,
en la que todos los grupos, menos el
PP, aprobaron la devolución del copago
, es evidente que resulta «a contracorriente». El
anuncio, pues, viene a contrarrestar lo aprobado dos días antes del Consejo: ya
no se irá más allá del tope y lo que haya que devolver, se devolverá, pero mes
a mes, y ellos tardaron nueve en anunciar los papeles que había que presentar
para la devolución…

 

            Por lo demás,
nadie ha faltado al respeto ni al Consejo ni a su presidente en las críticas
valorativas sobre la reunión de Plasencia. Para el PSOE, según su portavoz,
Santos Jorna, «
la Junta olvida a los parados y
apuesta por la caridad
» y considera acertado el lema del Consejo, al estimar que «los
intereses de Monago van por un lado y los de los ciudadanos, por otro».
Para Pedro Escobar (IU), «
las medidas de Monago son populistas
y de poco impacto en la gente
«, al considerarlas de gran impacto mediático, pero de
poco impacto en la vida real». Para el portavoz del PREx-CREx, Damián
Beneyto
, «Extremadura necesita otro
tipo de medidas a las anunciadas que se basen fundamentalmente en la creación
de empleo
«. Y
el sindicato CC OO, en fin, considera más importante
crear más y mejor empleo y mantener e
incrementar los servicios en las zonas rurales
, que faciliten la conciliación de la
vida laboral y familiar, que dar cheques de 1.400 euros para fomentar la
natalidad en municipios menores de 3.000 habitantes.

 

            Ninguna de
las medidas aprobadas, dijo entonces Monago, iban a alimentar a los 110.000
parados que había en la región en enero de 2010; sí, pero hoy gobiernan
ustedes, y
tenemos 143.333
, algunos con hambre, muchos con
necesidades, licenciados sin trabajo, arquitectos e ingenieros que abandonan el
país… No se necesitaba para eso tanta literatura como usted ha dado en
Plasencia, porque a pocos de quienes más lo necesiten llegarán sus 57 medidas.
Y sobre todo, usted y su gobierno sí que nos aplazan el futuro con otros
sueños… que no son los suyos, desde luego, ni los de la Extremadura de los
pueblos ni los de las ciudades, resignados a vivir sin fe ni esperanza, sino
tan solo de la caridad…


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