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Gastronómadas, para volver a Cáceres, a comer, beber, llenarse de historia y buenas compañías

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Está de moda todo lo relacionado con la gastronomía. En este país y en el vecino Portugal, se suceden los acontecimientos gastronómicos uno detrás de otro mientras el cuerpo aguante.

[Img #31702]Dice mi amigo David «El Monagillo» -por
aquello de oficiante de los fogones- (@DavidMonaguillo), que una ardilla puede
cruzarse toda la Península Ibérica saltando de acontecimento gastronómico en
acontecimiento gastronómico.

 

Este fin de semana nos ha tocado. El grupo
«Gastronómadas» ha celebrado su IX edición y la ciudad elegida ha
sido Cáceres. Antes lo fueron Ciudad Real, San Sebastián, Salamanca, Valencia,
Tarragona, Madrid y Málaga.

 

El colectivo «Gastronómadas» está formado
por blogueros cocineros enamorados de la buena mesa que gustan de probar qué se
cuece en las cocinas de toda España, aunque no dudan en confesar que lo que
persiguen -perseguimos- es dar un abrazo a los compañeros que se conocen a
través de la red. «Desvirtualizarse», que se dice ahora.

 

[Img #31704]


Y aquí estamos 30 blogueros procedentes de todos los
rincones dispuestos a cumplir los objetivos. Desde Galicia a Cataluña, desde
Madrid a Las Canarias o Levante y, por supuesto, pacenses, garrovillanos y
cacereños convocados por Rafa Prades (@rafaprades).

 

Empezaron a llegar los participantes a media tarde del
viernes y a primera hora de la noche eran convocados en la Plaza Mayor para la
cena de bienvenida en «Laminerva».

 

Empezó el sábado con la recepción de los participantes
y una exhibición de cocina extremeña (setas y caza) por parte del chef
Francisco Refolio. Un «carpaccio» de amanita cesárea, ensalada de
solomillo de jabalí, níscalos con trigueros, perdiz dos guisos (moda de
Alcántara y con chocolate), y un postre de helado de Torta del Casar.

 

Seguimos con la presentación, cata y degustación de la
cerveza artesanal «Sevebrau», genuinamente extremeña.

 [Img #31703]

A continuación, la parte importante de la reunión: La
comida en el restaurante 
«Corregidor» con un 
menú de lujo: Un entrante de «patatera sociable», La
«crema de boletus sobre virutas de micuit», un pescado absolutamente
desconocido «Cochinilla sobre parmentier de calabaza con lasca de
amanita» en su perfecto punto, «jabalí, zorongollos y vinagreta de
escabeche», «lomo de venado con níscalos y senderuelas sobre patata
al pimentón», todo ello regado con el mejor vino de la casa y un
«biscuit de higo con serradura y helado de Torta del Casar» para
cerrar  el festín.

 

Una visita guiada a la parte antigua con versión
dramatizada de la Historia -¡qué frío pasamos…!- para ayudar a la digestión,
que todavía nos quedaba la cena.

 

Hicimos una vista a «Bouquet» donde fuimos
recibidos por Raúl Olmedo, oficiante del lugar y allí todavía pudimos hacer
hueco a unas «galletitas de foie con esferificaciones de curaçao»,
«carpaccio de bacalao», «canelón de melón relleno de micuit con
manzanita caramelizada», un «carpaccio de secreto ibérico con salsa
de regaliz» solo para muy atrevidos (para saltarse las lágrimas) y de
postre «rollito de melón relleno de mango sobre arroz con leche»,
«lingote de turrón» y «sopa de cerezas con helado de
pistacho».

Y aquí mi triste despedida, que algunos todavía
tuvieron humor y se quedaron tomando unos gin-tonics.

 

El Ateneo de Cáceres obsequió a cada uno de los
asistentes con un lote de libros de sus publicaciones. Alimento espiritual, que
no solo de pan…..

 

 

 

 

 

 


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