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EL RETORNO DEL PSOE, O CÓMO CONECTAR CON ESPAÑA

OPINIÓN
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[Img #31706]El PSOE ha concluido su Conferencia
Política que, bajo el lema «¡Conectamos!», ha celebrado este fin de
semana en Madrid, con un grito de guerra por boca de su secretario general:
«El PSOE ha vuelto», como si se hubiera ido desde 2011, tras la
amarga derrota de primavera, y el congreso de Sevilla de 2012, que apostó por
«continuidad frente a cambio», como ha recordado Carme Chacón, y que
quien encarnare el partido desde entonces, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha querido
desmitificar afirmando que él era el cambio, y por eso ha traído a su partido
de vuelta: el retorno a sus orígenes, a la renovación radical de su proyecto, a
la vuelta a las esencias, a marcar directrices diferenciadoras con la derecha;
al cambio, en fin, frente a la continuidad que pareció ahogar su voz frente a
la aplastante mayoría de los vencedores, que ha terminado por cercenar de raíz
el proyecto reformista que iniciara Felipe González.


            Pero, cómo conectar con esas masas,
ahora desamparadas, huérfanas de liderazgo y de voz, desahuciadas de sus
viviendas, trabajo y pensiones; atracadas en la esencias mismas de su orgullo
político progresista; amparadas por plataformas y mareas que levantan su voz
contra las injusticias, a falta de líderes que les defiendan y les devuelvan el
orgullo de ser y sentirse españoles, en una nación de iguales, en la que los
paganos de la crisis no sean los de siempre: los más necesitados, frente a la
amnistía y los indultos dados a quienes nunca lo merecieren; el pueblo
desencantado por los cantos de sirena de unos y otros, quienes les robaron y
mintieron y quienes no han sido capaces de liderar hasta la fecha una respuesta
que devuelva la ilusión a una España desesperanzada, resignada, incrédula ante
la clase política que la representa.


            «¡Conectamos!», ¿con quién
o quiénes?       : con los más débiles y
necesitados, remarcando una diferencia ideológica que les separa de la igualdad
y solidaridad que otros no desean para todos; conectar para recuperar el rostro
que hubimos y no la cara de tontos que pretenden hacernos creer que llevamos;
conectar para quienes desean ver otros rostros en el Gobierno de España que
conecten con ellos; conectar para reconstruir y modernizar nuestro proyecto de
vida en común, incluida Cataluña en la España de la que siempre fue y es parte;
conectar con quienes protestan porque hubieren razones para ello y porque no
todos pensamos lo mismo; conectar con quienes defienden una reforma fiscal
justa y solidaria, en la que paguen más quienes más tienen y que nada paguen
quienes nada tienen; conectar con el feminismo, el ecologismo y el laicismo,
con respeto a las ideas contrarias. Hay que conectar con todos los que desean
un cambio como el del 82, y no con los que desean parches para salir del paso y
que nos conducen al abismo; hay que conectar para convencer, para ilusionar, para
transformar lo que es de todos para todos, no solo para unos cuantos. Hay que
conectar con España, con la España de todos que unos intentan apropiarse para
sí, como si fuere su coto privado de caza, y afrontar una reforma fiscal que ya
se está pidiendo a gritos, porque no podemos soportar más la injusticia de que
paguen por los medicamentos lo mismo quienes ganan 18.000 euros que los que
ganan 100.000.

 

            Hay que acabar con la corrupción
para poder conectar; es preciso implantar un espíritu ético que invite a cesar
a los procesados; tenemos que acabar con las amnistías fiscales. Para ganarse
el futuro, hay que restablecer los derechos de los trabajadores y una reforma
que no crea empleo, sino que lo destruye; urge reformar el sistema electoral
para que electores y elegidos no solo se vean a través de los medios y no
tengan más participación en la cosa pública que sus votos, a través de listas
desbloqueadas y listas cremallera que garanticen la paridad de representación
de hombres y mujeres; es urgente reformar el sistema de elección de los órganos
constitucionales para acabar con el partidismo y profesionalizar su
independencia.


            Si eso es conectar, estaría bien la
conexión. Otra cosa es hallar el líder y el equipo capaces de llevarlo a cabo.
Y si el PSOE es el único partido que lleva en sus siglas la E de España, no
están los tiempos para reformas constitucionales que acaben con un consenso que
tanto costó construir. Bien está pedir austeridad y transparencia a todos,
empezando por la cabeza del Estado; pero, como bien recuerda el PP, hay que
tener un mensaje único para toda España, y no hay por qué avergonzarse de
utilizar su nombre y de eludir, bajo una aspiración legítima, a la hora del
juramento o promesa del cargo, la lealtad a quien se le debe: al Rey, y del Rey
abajo, ninguno, aunque nadie sea intocable y la Justicia sea igual para todos.
No queramos ser más papistas que el papa cuando no somos ni papables…
Aspiremos a reformar para mejorar, no a reformar para recortar derechos, como
ha hecho hasta ahora el PP, sin olvidar que el derecho a decidir es de todos,
incluida la forma de Estado, que ahora no toca. ¡Pues solo nos faltaba eso…!

 

            


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