La cámara busca, rebusca y en las manos de Antonio Martin encuentra esa imagen que a cualquiera le puede pasar inadvertida pero a los ojos del fotógrafo no, y así la plasma para perpetuarse en una instantánea que transmite ese momento fugaz pero importante para quién la protagoniza y sobre todo para el espectador-a que la observa y la retiene para sí mismo, porque es a él-ella a quién va destinada.
BOOGAJAZZ, CON JAVIER ARROYO – Concierto-sesión en Boogaloo Cáceres –