Daniel, Luis, Rubén, José Carlos, Ángel y Mario tienen en común su afición por las motos. Gracias a ello se conocieron. Todos los fines de semana se reúnen y dan rienda suelta a sus máquinas. Para ellos es un placer coger rumbo hacia el norte de Cáceres, donde encontramos esos trozos de placer curvilíneo que tantos amantes de las motos anhelan durante la semana: las curvas del Tajo. Combinación perfecta entre naturaleza y asfalto. Lugar idóneo para desconectar, agarrarse fuerte al manillar, apretar las carnes si golpea el viento y dejarse llevar por el placer de estar rodeado de buenos amigos, buenas vistas y buenas curvas.