Todos sabemos que para hacer deporte lo mejor es comer un plátano diario, aporta vitaminas, minerales, hidratos de carbono y no sé cuántas cosas más. Nosotros solamente tenemos que comerlos y ellos solos se distribuyen por nuestro organismo donde más se necesiten.
Entre sus numerosas propiedades está la de prevenir el colesterol, evitar calambres (si hacemos ejercicio físico), es beneficioso contra las úlceras de estómago, ayuda a combatir la anemia, aportan gran cantidad de energía y un sinfín de etcéteras. Vamos, que el plátano de Canarias tiene más propiedades que la duquesa de Alba.
Pero no debemos confundir los nuestros (ricos en potasio) con los que importan los alemanes (ricos en cocaína), porque así les pasa luego, no tienen fuerza, se caen, se rompen la pelvis… Como le ha pasado a la señora Merkel, que se empeña en ignorar todo lo nuestro aun sabiendo que es lo mejor (la envidia no es buena) y claro, en lugar de comer plátanos prefiere hartarse de bananas enriquecidas con coca y no es lo mismo, los efectos de éstas pueden llegar a ser devastadores.
En cualquier caso y con todos mis respetos, yo a esta señora no me la imagino esquiando, la veo más practicando lanzamiento de martillo o viajando en globo, pero bueno, son las cosas que nos pasan cuando nos hacemos mayores, que como se nos meta una cosa en la cabeza a ver quién se atreve a llevarnos la contraria.
Desde aquí quiero lanzar una advertencia:
Antes de consumir un plátano lea la etiqueta y consulte a su peluquero.