Salir al campo a buscar espárragos trigueros es una de las actividades que cada extremeño hemos hecho al menos una vez en la vida. Casi gusta más cogerlos que comerlos, aunque acabes con las manos y los brazos llenos de arañazos, y regresar a casa con un manojo de esas delicias que nos servirán de cena convertidos en un exquisita tortilla.
Digo tortilla por ser el
más habitual de los destinos gastronómicos de este manjar, aunque los
revueltos, las sopas, purés o cremas no son de despreciar.
O en gazpacho, que es mi
propuesta de hoy.
![[Img #34786]](upload/img/periodico/img_34786.jpg "Gazpacho tibio de espárragos y huevo frito, por Valdomicer")
El gazpacho que publico
es típico de la comarca de Miajadas y suele sorprender por varias razones:
El que se consuma tibio en lugar de frío
o que el huevo vaya frito, y por supuesto, su ingrediente principal.
Para su elaboración
necesitamos:
Un buen manojo de
espárragos silvestres. (Pueden servir los cultivados).
Un huevo por persona.
Dos cucharadas de aceite
de oliva p/p.
½ diente de ajo p/p.
Miga de pan.
Agüita del grifo.
Vinagre y sal.
Se hace así:
Ponemos la miga de pan en
remojo.
Quebramos los espárragos
con las manos apartando las puntas, los lavamos bien, los escurrimos y secamos.
En una sartén freímos los
huevos procurando que las claras queden hechitas y las yemas tiernas.
Ponemos la miga de pan
bien escurrida en el vaso de una batidora, agregamos los ajos, sal y vinagre.
Echamos los huevos fritos manteniendo el aceite en la sartén.
En ese mismo aceite,
salteamos las puntas SIN SAL hasta que adquieran un color verde brillante (un
minuto o poco menos) y reservamos sobre papel absorbente. Salteamos los tallos
también SIN SAL hasta que cojan una tonalidad verde brillante y los volcamos en
la batidora junto con el aceite. Trituramos. Se añade el agua y se corrige de
sal y de vinagre.
Se sirve inmediatamente y
se adorna con las yemas de los espárragos.
