La alcaldesa de Cáceres, Elena Nevado del Campo lo ha dicho este mediodía previo a la festividad de San Jorge, patrón de la ciudad, acompañada del presidente de la Diputación Laureano León, varios concejales y numeroso público: » Luis Regidor era un hombre honrado».
La mejor defición de un personaje que trascendió el pálpito de la ciudad
que le vió nacer y en la que vivió su existencia para convertirse en
parte de su historia, a la que aportó trabajo, imaginación,
emprendimiento, y sobre todo, amor y vocación por la docencia, amén de
proyectarse con la palabra en un variado haz de canciones que expandió
en infinidad de ocasiones desde la propia rebeldía que su preocupación
por una mejor sociedad le exigía volcarse en ella.
El Regi, como
familiarmente se le conocía, falleció en 2012, pero ha quedado su
impronta y su savia, refrendadas en el homenaje que este martes se le ha
tributado en el parque donde él jugaba de pequeño, donde componía sus
canciones, donde pergeñaba proyectos para sus alumnos, donde ya queda
para siempre plasmado en una placa que luce en azul y blanco, » Paseo (
promendade ) Luis Regidor, profesor, escritor, cantautor y emprendedor,
1948-2012″, porque así se aprobó en el ayuntamiento cacereño en su
día, con la aquiescencia feliz de aquellos que le conocimos y
disfrutamos.
Una vez descubierta la placa que perpetúa a Luis
Regidor » en su parque» del Rodeo cacereño, por su viuda Toñi Paín y la
propia alcaldesa, intervino ésta para indicar, entre otros matices ,
que » Cáceres reconoce y agradece a Regi su forma de hacer y ser»,
concluídas con una frase del propio profesor y cantautor » Hay que
aprender a vivir para volar».
Le siguieron las de su hija,
Toñina, agradeciendo que se le recuerde por su pasión, la enseñanza»,
entre otros motivos, delante de numerosos profesores y alumnos, algunos
de los cuales han intervenido para cantar La vie en rose, por
parte de una alumna, como homenaje a tantos viajes como proyectó Regidor
para conocimiento de la lengua y la cultura francesa, que tanto amaba y
que supo prender en cientos de estudiantes que pasaron por su
enseñanza.
Rubén al bajo, Curro Alvarez, hijo del inseparable
amigo y guitarrista que acompañó a Regi en sus recitales, Eugenio de
Silva en la percusión y Luis Regidor Paín, hijo del malogrado artista,
fiel seguidor de la estela paterna, a la guitarra y voz, cantaron un
par de temas del homenajeado «Pasando de pasar» y «Hay que aprender a
vivir», que cerraron el emotivo acto. mientras Toñi Paín, su viuda,
emocionada pero feliz, agradecía con lágrimas y sonrisas el calor y
cariño que los asistentes han tributado al ya reconodido profesor,
escritor y cantautor pero sobre todo, impulsor de una manera y un estilo
de crecer y hacerse persona a través de la docencia, la cultura, la
música y la comunicación.