El obispo de Coria-Cáceres, Francisco Cerro Chavez, ha hecho pública una carta episcopal dirigida a los niños de comunión, en la cual les pide su ayuda y que compartan lo que tienen con los que más lo necesitan, siguiendo el estilo de Jesús, por eso, les invita a colaborar con un proyecto solidario un centro de niños discapacitados, en una barriada pobre de Puertoviejo, Ecuador. Allí está entregada a ellos, la misionera hermana Juana Galán, natural de Montánchez.
Queridos
niños:
Gracias
por vuestras innumerables cartas y, especialmente, por las respuestas que dais
a mis preguntas, tan acertadas y bellas.
Sois la alegría y esperanza de la Iglesia.
Se
acerca el día hermoso de vuestra primera comunión.
Entre
todos los regalos que vais a recibir, el más grande y más valioso es la
Eucaristía. El Hijo de Dios, en persona, viene a nuestro encuentro, porque nos
ama y quiere estar siempre entre nosotros.
¡Qué
bonito es tener amigos! Con ellos jugamos, estudiamos y reímos…
Jesús
es el más grande y bueno de los amigos. Entregó su vida por todos en la cruz,
lo recibimos, cada vez que queremos, en la eucaristía y además nos ofrece la felicidad para siempre en el
cielo, ¡nadie nos regala tanto como Él!
En
la eucaristía entramos en comunión con
Dios y en comunión con los demás. Los
amigos de Jesús disfrutamos practicando el verbo compartir. Si Jesús nos ofrece
mucho amor y felicidad, nosotros debemos
colaborar en la misión de hacer felices a los demás, especialmente a los que
carecen de lo más elemental para vivir.
Por
eso, como en año anteriores os invito a construir el “puente de la fraternidad”
con un centro de niños discapacitados,
en una barriada pobre de Puertoviejo,
Ecuador. Allí está entregada a
ellos, la misionera hermana Juana Galán, natural de Montánchez.
El
papa Francisco, hace unos días invitaba a los niños a participar, todos los
domingos en la Misa, porque es el día de la resurrección del Señor. Decía: “con
la eucaristía pertenecemos a la Iglesia, al Pueblo de Dios, al Cuerpo de Dios,
a Jesucristo”.
Somos
una familia universal, sin fronteras, que resplandece con brillo especial,
cuando comparte con alegría.
Enhorabuena
por recibir a Jesús. Gracias también por
vuestra generosidad, que contribuirá a la felicidad de otros niños.
Que la alegría del amor de Dios llene vuestro corazón, el de vuestra
familia y el de todos los niños del mundo.
Os
bendice vuestro amigo,
+
Francisco Cerro Chaves
Obispo
de Coria-Cáceres