Digital Extremadura

POR LA EDUCACIÓN. POR MI EDUCACIÓN, por Daniel Domínguez

OPINIÓN
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En muchas ocasiones suelo preguntarme para qué sirven los exámenes y todavía nadie me ha
dado una respuesta que, de verdad, me convenza. Numerosas veces afirmo con rotundidad que
no sirven para nada

 Es curioso que, normalmente, personas mayores que yo traten de rebatirme
con argumentos tan contundentes como “eso es la edad, que creéis que lo sabéis todo”. Y punto
final. Ante tal tesis la discusión es imposible. Pero yo sigo sin saber para qué sirven.

Por supuesto, no me creo en la posesión de la verdad absoluta y mucho menos sin
explicar el porqué de las cosas. Haciendo autocrítica me doy cuenta de que no sé nada. Y como
yo, tantos y tantos de mis compañeros.

Han sido muchos años de instituto, con asignaturas como historia y literatura casi cada
año, pero no sabemos nada. Hemos oído hablar de un tal Quevedo y el día del examen sabíamos
el día exacto en el que nació y murió. Ahora no sabemos ni el siglo. No podríamos decir el nombre
de ninguna de sus obras. Pero en el examen de Quevedo sacamos un 8,5. ¿Qué ha pasado?
Fácil: nos enseñaron a estudiar, no a aprender.

¿Dónde buscamos al culpable de esto? Nosotros, los estudiantes, no podemos serlo.
Sacamos un 8,5 en el examen de Quevedo. ¿El problema está en el sistema educativo? Con el
ministro de (anti)Educación que tenemos, no sería raro, pero el problema ya viene de antes. Pero
por supuesto que la gran culpa está en el planteamiento del sistema educativo. ¿Culpa de los
profesores? En parte. Parece que hacer exámenes es una condición sine qua non al acto
educativo solo porque “siempre ha sido así”, argumento que rechazo en su totalidad. ¿Culpa de
los padres? En parte también. Interesa más un sobresaliente en el boletín de notas que saber si tu
hijo ha aprendido algo realmente.

Sin más, un aplauso a todos esos profesores que se preocupan por enseñar en lugar de
corregir. Y para esos padres que, realmente, quieren que sus hijos aprendan y no solo que
aprueben.

Este tipo de educación está demasiado usada y hay que reciclarla. Pero claro, no me
hagan caso, son tonterías de la edad.

 


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