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LAS PRIMAS DE RIESGO BRILLARON EN EL MÁGICO PRODIGIOSO

CULTURA
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Esta Compañía totalmente femenina, bien dirigida, con serio desenfado, por Karina Garantivá, mantuvieron, en la fría plaza de las Veletas a un medio aforo de público, que se mantuvieron reflexivos, sin apenas sonreír, pero sí admirados del estupendo trabajo interpretativo de este joven elenco en el drama religioso calderoniano El mágico prodigioso.

[Img #36602] Nos sorprendió el informal comienzo, muy brechtiano,  de su presentación, indagando con móviles, el lugar de ambientación de la obra, la turca Antioquía, donde Cipriano, un joven intelectual, en la búsqueda de la verdad divina, se ve envuelto en una disputa amorosa de dos que rivalizan por el amor de Justina, de la que nuestro protagonista se siente de pronto arrebatadoramente enamorado y que recurre a un pacto con el diablo, cual rejuvenecido Fausto, para que le consiga su amor, lo que no se lleva a efecto, y eso le lleva a una catarata de  disquisiciones filosófico-teológicas, muy bellamente envueltas en sonoros versos calderonianos.

 

         [Img #36603] Por cierto supieron decir muy bien el verso con un estilo muy moderno y un tempo lento muy apropiado aunque algo lento; también se  movieron con diferentes ritmos, bien individualmente o a modo de coro, por un desnudo escenario, bien iluminado y con solo tres elevaciones por todo decorado: dos laterales y otra más larga al fondo de donde sacaban ropajes, largas telas y chalecos con largas cintas blancas y negras, con las que montaron espectaculares escenas, entre otros elementos de atrezzo (libros, cuernos diabólicos, instrumentos de percusión que acompañaban a una suave melodía, etc). En otra escena sacaron como una cápsula de alambre en la que se refugió la protagonista, mientras se debatía en su perpleja duda de no saber por quién decidirse entre sus varios pretendientes.

 

         Su vestimenta era mínima  y quizá suficiente para distinguir a criados de señores,  al intelectual enamoradizo Cipriano de su sabio monje que le adoctrinaba; pero sabiamente reforzado con una muy conseguida expresión corporal, que logró mantener el interés del reducido público, pese a ser un tema dramático un tanto alejado de los centros del interés del espectador medio actual.

 

          Se cerró esta fría velada con prolongados aplausos a una compañía exclusvamente , que pese a su juventud, demostraron dominar sabiamente una difícil obra con bastante talento teatral.

 

           

           


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