Dado los recursos y el futuro del territorio hurdano, preferían que el centro de secundaria impartiera ciclos relacionados con el Medio Natural.
![Hurdanos disconformes con la impartición de Integración Social en el instituto de Caminomorisco [Img #37472]](upload/img/periodico/img_37472.jpg)
Los hurdanos no entendían cómo se podía poner un nombre a una persona que, en sus etapas de monárquico, acompañó al rey Alfonso XIII en su famoso viaje a Las Hurdes, allá por junio de 1922. Luego, se hizo republicano y, finalmente, franquista. Y no entendían que un personaje que humilló y pisoteó la dignidad del pueblo hurdano pudiera llevar el nombre de la mayor institución educativa de la comarca. Marañón, en su cuaderno de viaje, publicado por el “El País-Aguilar” en 1993, se atreve, injuriosamente, a llamar a los habitantes de esas serranías sodomitas, incestuosos, asesinos de las personas ancianas, degenerados o seres sin escrúpulos que dejan morir a sus propios hijos y, en cambio, alimentan a los “píluh” (hospicianos) que recogen en la inclusas de Plasencia y Ciudad Rodrigo para cobrar un puñado de reales. Estas y otras aberrantes “perlas” suelta el afamado médico por su boca.
INTEGRACIÓN SOCIAL
![Hurdanos disconformes con la impartición de Integración Social en el instituto de Caminomorisco [Img #37473]](upload/img/periodico/img_37473.jpg)
Entienden los que critican tal medida que la demarcación hurdana, dada su configuración forestal y su futuro, está más necesitada de otro tipo de módulos, como aquellos relacionados con técnicas de trabajos forestales y conservación del Medio Natural, o enfocados hacia el turismo de corte rural y de naturaleza. Incluso hay quien piensa que la Administración regional y otras instituciones sigue aún mirando a Las Hurdes con una mentalidad paternalista y redentorista, que ya erigieron, en épocas de la dictadura, el famoso Cottolengo, y, luego, en plena democracia, se encargaron de desmontar el Hogar-Escolar de Nuñomoral, que tanta educación y actividades socioculturales había impartido, y reconvertirlo en un centro de disminuidos psíquicos, pese a estar a más de 60 kilómetros de distancia del hospital más cercano. Ello, quiérase o no, ha coadyuvado a aumentar la manoseada leyenda negra de Las Hurdes, dicho sea con todos los respetos a las personas que trabajan en tales instituciones y a la labor benéfica que desarrollan los mentados centros asistenciales.
Imágenes: Carlos del Sol Mesa






