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Martilandrán celebra la fiesta de santa Ana, su patrona

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Bien dijo quien afirmó que el Valle del Malvellido es el valle más estrecho habitado de toda Europa. Al fondo, corre el espumoso y serpenteante río Malvellido, trazando unos meandros que flipan al más insensible de los mortales. Pues colgado de las sierras que bajan a beber al mentado río, se encuentra el pueblo de Martilandrán.

 [Img #37909]Una aldea sencilla dentro del concejo de Nuñomoral, cuya estampa ha aparecido en miles de fotografías, debido a que, hasta no hace mucho, conservaba un auténtico núcleo de genuina arquitectura jurdana, que algunos la catalogan como “arquitectura negra”.  Lamentablemente, viajeros, escritores y otros correveidiles  sin escrúpulos escribieron desatinadas páginas sobra esta alquería, al igual que sobre otras de la comarca.

 

     Hasta no hace mucho, este pueblo de  Martilandrán fue incluido por mentes calenturientas y enfermizas dentro de “Las Hurdes negras”, rebuznando que sus habitantes desconocían las camas y que se acostaban sobre un montón de helechos que “se renovaba solo una vez al año, cuando se habían podrido hasta convertirse en abono con que fertilizar la tierra”.  Estas aberraciones las vertían los responsables de la Misión Cultural que puso en marcha la Comisaría de Extensión Cultural del Ministerio de Educación Nacional, en pleno, duro y oscuro franquismo (agosto-octubre de 1955).  Una Misión Cultural que, sin visión alguna de corte antropológico y socio-histórico, volvía a repetir las mismas sandeces que otros que les precedieron, llámense Luis Buñuel, Gregorio Marañón o Luis Carandell, algunos de los cuales, por cierto, tienen rótulos, desgraciadamente, en plazas, calles o edificios institucionales de la comarca, colocados sin contar con el parecer del pueblo hurdano.

 

DEL NEGRO Y GRIS AL TECNICOLOR

 

 [Img #37910]    Dejando bien atrás las mentiras y las pinceladas negras, toca ahora mostrar la página tecnicolor del carácter festivo de los vecinos de Martilandrán, apodados y conocidos cariñosamente en la comarca como “galgueños”.  Desde hace siglos, celebran por todo lo alto y tiran la casa por la ventana a la hora de celebrar a Santa Ana, su patrona.

 

     En lo que toca a este año, el programa ya está en la calle, refiriéndonos que el próximo viernes, día 25 de julio, festividad de Santiago, se abrirá la llamada “barra de la fiesta” a las ocho de la tarde, para dar paso, a las 24,00 horas, a la primera verbena, que será amenizada por la orquesta “Évanix”.  Cuando asome tímidamente la alborada del día central de los festejo, 26 de julio, los tamborileros, figura esencia de todo pueblo hurdano que se precie, desgranarán sus sones por toda la alquería, despertando a los vecinos.  Más tarde, se escuchará al instrumental de la charanga “Chuku”, que animará a chicos y mayores a mover el esqueleto.  Y sobre las doce de la mañana, acudirán los parroquianos a la iglesia del pueblo de La Fragosa, que está a un tiro de piedra, donde se celebrará la consabida y solemne misa, procesionando a la Santa por las calles del lugar y subiendo hasta El Cottolengo, centro asistencial regentado por unas simpáticas y humildísimas monjas

 

  [Img #37911]   Una vez que el personal ha llenado la panza con la magra chicha y la excelente “polienta” (vino del año), los más pequeños se divertirán con los juegos programados para ellos, mientras que casados y solteros por un lado, y solteras y casadas por otro, competirán en el tiro de la soga.  Por la noche, una verbena más, a cargo de la orquesta “Haldem”.  El domingo, día 7, será la última jornada de fiestas, desperezándose con el “Pasacálli del aguardienti y la perrunilla”.  A mediodía, se celebrará el concurso de tortillas y, luego, una descomunal paellada para todos los asistentes.  Algunos apuntan que, en vez de tortillas y paellas, deberían entrar en juego otras gastronomías más propias de la comarca jurdana, que siempre atraen al viajero y al turista y son mucho más originales y más enraizadas con la tierra.  Por la tarde, bajada de la imagen de Santa Ana a su iglesia parroquial.  Y para rematar la faena, el concerniente concurso de tute.

 

COLABORADORES

 

    Como suele ser corriente en este territorio de  Las Hurdes, tabernas, bares, hostales, restaurantes, talleres varios, industrias diversas e incluso los servicios funerarios colaboran económicamente para darle el boato y la alegría que se merecen estos  sencillos pero enjundiosos festejos de las aldeas que se camuflan entre las serranías hurdanas.  En esta ocasión, han colaborado industriales de Caminomorisco, El Cerezal, La Fragosa, El Gasco, La Huetre, Martilandrán, Nuñomoral, Pinofranqueado, Riomalo de Abajo y Vegas de Coria, contando, también, con la inestimable aportación del Ayuntamiento de Nuñomoral.

 

     Fiestas estas de Santa Ana donde los artífices de las fiestas son los mozos, los cuales, reunidos estos últimos días en el acogedor bar de Emi y de Daniel, han adobado el programa y aguardan que estos festejos llenen las calles de emigrantes y forasteros, que siempre serán recibidos con el antiguo abrazo hospitalario de estos legítimos “galgueños”, orgullosos de mostrar, allá donde quiera que van, su patente de verdaderos hurdanos.


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