Digital Extremadura
Comparte en redes sociales

 Pulsar el óvulo de un sentimiento ocupa el mismo instante que acabar con la licitud de la vida; cada gesto minúsculo y cada catástrofe se producen en la más mínima parte de una brevedad sin afectar a la grandeza del acontecimiento ni a su consecuencia; un instante hace una felicidad y hace una muerte, desvanece capacidades, muerde conciencias y puede determinar un futuro con una línea perfecta e indestructible. Qué será un instante más allá de un tiempo pequeño!, qué ingenios le sostienen y le avalan!.

 

         La percepción para definir este germen ínsito en cada ser depende de la óptica desde la cual se utilice el juicio de valor; si irrumpe la visión trágica, si la poética, si la optimista, si la locura, de cualquier página instantánea surgen intuiciones de valor o mensajes difuminados que garantizan una necesidad del disfrute del instante. Solo un pensamiento, una sola mirada, una razón, un destello, la más insignificante sorpresa, le menor idea, el mayor descubrimiento, todo está enclavado en instantes de vida.

 

         De igual manera pudiera parecer que cada instante tiene una historia o una misión propia pero cada historia es un instante hecho, cada fugacidad es una historia de sensaciones anteriores que intervienen en una creación íntima sin arquitectura previa, solo forjado en la espontaneidad de los acontecimientos dados por la estancia en los escalones del hábito de vivir. Instantes que fueron suspiros, luego complicidad, más tarde emoción y siempre eterna incertidumbre de sucesos que mantienen en vilo los huesos y actualizada la expectativa.


Comparte en redes sociales

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *