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GUADALUPE ES EXTREMEÑA ¿EN TODO?

OPINIÓN
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[Img #39639]Canal Extremadura Radio se ha apuntado un buen tanto, logrando que el nuevo Arzobispo Coadjutor de la Archidiócesis de Mérida-Badajoz, Monseñor Celso Morga, se “moje” en un asunto tan delicado para los católicos extremeños como es que Guadalupe pase a ser extremeña.

 

Aun con las reservas lógicas de un Obispo que no conoce “mucho Extremadura” cree que, en principio, “parece lógica” la reivindicación extremeña, si bien añadió a la emisora pública de la región que “habrá que ver los motivos que haya en una y otra parte”. No obstante, Monseñor Celso Morga, dice que “sí está al tanto de esta reivindicación”. El pasado 8 de septiembre era el presidente del Gobierno de Extremadura, José Antonio Monago, el que pedía al Papa Francisco que Guadalupe fuera eclesialmente extremeña y no toledana.

 

Y es que es un asunto de sentido común. La Iglesia española debería abordar una reforma en profundidad de las actuales provincias eclesiásticas españolas. Lo mismo que hace más de veinte años se colmaba una aspiración de los fieles extremeños, que venían reclamando la Archidiócesis en una región con tres obispados (Badajoz, Plasencia y Coria-Cáceres) y se elevaba a Mérida al rango que siempre mereció en la historia, ahora hay que acometer otra reforma y no herir las sensibilidades de los fieles.

 

No tiene ningún sentido que Béjar, ciudad de Salamanca, pertenezca a la Diócesis de Plasencia y que sea el Obispo placentino el responsable de su Seminario. Va en contra de la lógica más elemental: si Béjar es de Castilla-León que pertenezca a su Comunidad Autónoma, y punto. Y si el Real Sitio de Guadalupe está asentado en una población extremeña, un tanto de lo mismo.

 

Mire usted, Monseñor Celso Morga, a los extremeños no nos hace ni pizca de gracia que sea el Arzobispo de Toledo y Primado de España el que tenga jurisdicción episcopal sobre Guadalupe y el que presida los actos de la Patrona. Es nuestro Arzobispo, Monseñor Santiago García Aracil, o anteriormente, Monseñor Antonio Montero Moreno, quienes deberían haber oficiado la Santa Misa en honor a la Patrona de todos los extremeños.

 

Cuando ahora en noviembre recale en nuestra región como Arzobispo Coadjutor extremeño Monseñor Celso Morga habrá de dedicar todo el tiempo que le sea posible a viajar por Extremadura, a conocer las distintas sensibilidades, a profundizar en los porqués de muchas cosas. Usted dice venir con las manos “llenas de buenos deseos, con una gran voluntad de serviros y hacer el bien entre vosotros como imagen de Cristo Buen Pastor” y nos encomienda a todos a trabajar en el cumplimiento de los deberes ordinarios del cristiano.

 

Sea usted el primero, como Cristo Buen Pastor, en ponerse a la cabeza del rebaño y dar ejemplo con su labor pastoral. Hasta mayo que asuma el Arzobispado como tal, tras la jubilación de Monseñor García Aracil, tiene tiempo de hacerse con el mando de las ovejas y que estas le obedezcan. Es cierto que la situación creada con dos Arzobispos a la vez, uno Coadjutor y otro titular, es anómala, pero con ser así, de lo contrario, sus intentos por servir a los fieles extremeños, casi el cien por cien de la población, habrán fracasado.

 

Tiene usted ante sí un gran reto: hacer Iglesia entre los ciudadanos de una región de más de un millón de habitantes y lograr que el próximo 8 de septiembre de 2015 sea usted, y no el Arzobispo de Toledo, quien presida la Misa de la Patrona de Extremadura. El reto es difícil, estamos de acuerdo, pero no imposible. Y por su biografía, por su preparación, por su historia personal y en la Curia, estamos confiados de que conseguirá que las aspiraciones de los fieles se hagan realidad. La Iglesia demanda, pero también tiene que dar.

 


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