La perspectiva virtual que se vislumbra desde la Torre de la Peña Redonda cacereña, ofrece cada día escenas que a cualquiera le dejan perplejo, que es como decir estupefacto, asombrado y también “de piedra”, le dejan a uno de tal manera, que ya no sabe cual escena escoger para compartir en estas líneas
He recibido un correo de un amigo, al que me voy a referir en la misma clave de humor, en la que el autor se expresa, porque a pesar de estar redactados en clave humorística, son tan expresivos, como ese derecho que quiere asumir el desafío separatista catalán, para decidir sin contar con el resto de los españoles algo tan respetable como es la soberanía de España que reside en el conjunto del pueblo español, que es el llamado a decidir sobre ella en la Constitución Española.
El texto de mi amigo empieza así: “He pensado yo, que voy a ejercer mi derecho a decidir, voy a ir a hablar con el administrador de la comunidad de vecinos de mi edificio, para informarle de que pienso pintar la fachada de mi piso de verde. Ya me imagino su reacción, se negará a negociar, me dirá que tiene que estar toda la fachada del mismo color, que para pintar el edificio lo tendrían que votar todos los vecinos de la comunidad…
Me voy a negar en rotundo, le voy a decir que el 15 de enero, digan lo que digan tanto la comunidad, como el ayuntamiento, yo mi fachada la pinto de verde, que ejerzo mi derecho a decidir y que además se va a hacer una votación, pero nada de votar todos los vecinos, ellos no viven en mi casa, por lo que se votará únicamente en mi casa. Ya lo tengo todo maquetado: no voy a poner un mínimo de participación, también podrán votar los menores de edad (tengo un niño de 2 años y una niña de 5 que dirán que sí, porque les he dicho que el verde es más bonito, que mola más y que serán la envidia del barrio), mi mujer dice que ella pasa de votar, que no está para tonterías y que hay que hacer lo que decida la comunidad, será facha la tía esta ¡FASCISTA! Además podrá votar mi hermano ya que trabaja aquí y puede subir a mi casa cuando quiera, como le he prometido un aumento de sueldo (que no pienso cumplir) votará que sí.”
Esta humorística redacción, me parece que tiene alguna similitud,con lo realizado por el Parlamento catalán, cometiendo un flagrante delito de ilegalidad, vulnerando el abc de la democracia y que con acierto el diputado Albert Rivera argumentó, en el acto en el que el citado Parlamente aprobó una declaración de soberanía, proclamando que “Cataluña tiene, por razones de legitimidad democrática, carácter de sujeto político y jurídico soberano, lo que contradice frontalmente el artículo 1 de la Constitución que señala que la “soberanía nacional reside en el pueblo español”.
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