Si preguntásemos a alguien quién gana en las películas del oeste, la gran mayoría responderían que los vaqueros.
Si preguntásemos quién gana en el fútbol de selecciones nacionales, la gran mayoría responderían aquello de que el fútbol juegan once contra once y siempre ganan los alemanes.
Si preguntásemos a un niño quién gana en la batalla entre los tres mosqueteros y los hombres del cardenal Richelieu, la gran mayoría responderían que D’ Artacán y los tres mosqueteros.
Si preguntásemos quién gana en la serie de dibujos animados “Campeones”, la gran mayoría responderían que el equipo de Oliver y Benji.
Si preguntásemos a la ciudadanía quién gana en toda relación comercial, económica, financiera, y en todo aquello que tenga que ver con el dinero, la gran mayoría respondería lo que responde un crupier la mayoría de las veces que se hace juego en una ruleta en un casino: GANA LA BANCA.
A modo de ejemplo: es evidente que todo ciudadano/a quiere ser tratado “igual” que sus semejantes, y sobre todo, en casos idénticos y similares. Pues en el siglo XXI, todavía persisten prácticas del medievo, prácticas de “desigualdad”.
Me estoy refiriendo a las cláusulas suelo.
No es posible que a un cliente se le anule la cláusula suelo en su préstamo hipotecario, como así dictaminó una Sentencia del Tribunal Supremo que calificaba este tipo de cláusulas como abusivas e ilícitas, y a otros clientes, en las mismas condiciones, se les sigan aplicando la citada cláusula.
Es nuestra propia Constitución, en el artículo 118 y dentro del Título que regula el Poder Judicial la que establece que:
“Es obligado cumplir las sentencias y demás resoluciones firmes de los Jueces y Tribunales, así como prestar la colaboración requerida por éstos en el curso del proceso y en la ejecución de lo resuelto”. Algunas entidades si han cumplido de oficio.
Todo ello se puede poner en relación con el artículo 17 de la Ley Orgánica del Poder Judicial.
Determinadas entidades financieras han cumplido la sentencia (BBVA, Cajamar, Novagalicia…) anulando las cláusulas suelo, otras no (Liberbank, Banco Pastor, Banco Popular…) y la pregunta es sencilla: ¿Tienen intención de eliminar las cláusulas suelo?. Por cierto, ya han sido condenadas por esta práctica ilegal.
En sede judicial, las entidades financieras pierden todos los recursos. Buena parte en los juzgados de primera instancia y casi todos en las audiencias provinciales
Se da la circunstancia que todas estas condenas han conllevado el pago de las costas por parte de la entidad financiera, esto es, que lo que nos cobran ilegalmente, les sirve para pagar las costas.
La clase política seguirá recibiendo la crítica y el descrédito si sigue consintiendo estas actuaciones ilícitas fuera de la legalidad y sobre todo, si no se obliga a las entidades financieras de una vez a cumplir las sentencias judiciales como así hace cualquier ciudadano/a en un Estado Social y Democrático de Derecho.
Únicamente, el gobierno del Principado de Asturias ha puesto “coto” a estas prácticas abusivas, y ha sancionado con hasta 8.000 euros a varias entidades financieras (Liberbank, Banco Popular, Caja España), por cada contrato hipotecario con cláusula suelo.
Cerca de 2.000 familias asturianas se han liberado de la citada cláusula y han recuperado el dinero pagado.
Hago una llamada a las Administraciones Públicas, entre ellas a la Junta de Extremadura, con competencias en la materia, para que “cunda el ejemplo”, porque si no, si se seguimos preguntando aquello de quién gana en toda relación comercial, económica, financiera, y en todo aquello que tenga que ver con el dinero, la gran mayoría seguirá respondiendo, salvo en Asturias: aquello de ¡GANA LA BANCA!