Lo que estamos sabiendo que ocurría en España no es excepcional. La corrupción se apoderó de  las entrañas de la sociedad. Le puso precio a demasiadas cosas . No podemos decir ahora que los casos que están apareciendo son la excepción que confirma la regla. La política le debe a la sociedad una explicación y un cambio, y la sociedad a la política otro. Sí, a la política con mayusculas. Siempre que alguien se vende es porque alguien está dispuesto a comprarlo. El IBEX 35 está preocupado por la política y la política deberia estar preocupada por el IBEX 35. O por el 321. Hablemos de verdad y de la verdad. Nadie se puede vender si no encuentra a alguien dispuesto a comprarlo. Fui consejero de sanidad y responsable de un servicio de salud durante séis años. El 35 por ciento del presupuesto de la Junta de Extremadura cada año. Como presidente el 100 por ciento.Nunca nadie me ofrecio nada. Es evidente que nunca pedí nada. Entre otras cosas porque si se hubieran atrevido, se hubieran encontrado conmigo en los tribunales. La tranquilidad que te da poder decir estas cosas sin miedo alguno a que salga mañana alguien que pueda desmentirlo, me lleva a afirmar que la corrupción en España es la suma de dos factores. Políticos que se vendieron y empresarios que los compraron. Puedo poner ejemplos de empresas a las que pedí que me dijeran si alguien les estaba pidiendo algo. Solo una me dijo que sí, pero no me dió pruebas. El cargo se fue a su casa, no obstante.

Es tiempo de decir que si queremos que la gente confíe en la política, le tenemos que volver a dar razones. Una buena manera de hacerlo sería que tuvieran acceso a las cuentas corrientes de quienes nos dedicamos a la política. Nuestras y de nuestras familias. Hay fórmulas para salvaguardar la necesaria confidencialidad de una parte de nuestras vidas. Se ha producido un exceso de desconfianza que solo se corregirá con un exceso de confianza . Y el que no esté dispuesto, ya sabe. A casa.