No amanecía muy agradable, con una niebla que amenazaba con estropear lo que debía ser una mañana de fiesta para los aficionados al enduro. Al llegar al circuito la niebla empieza a difuminarse y se escuchan los primeros motores arrancando.
Uno de los intereses de las carreras de hoy era ver en directo y primera persona las nuevas KTM ELÉCTRICAS DE ENDURO. Corrían varias en las mangas para aficionados y puse mi atención en ellas. Me coloqué estratégicamente en una curva para verlas salir traccionando y observar como iban. Reconozco que es una sensación rarísima escuchar los motores acercarse y darse cuenta que una de sus motos no suena. Solo un leve zumbido. Y van muy bien. La moto traccionaba como las mejores, saliendo bien de las curvas y acelerando poderosamente.
Tras la carrera, en el Box de KTM de DIVERMOTO CÁCERES, me explicaron varias cosas sobre las FREERIDE-E. Las baterías eléctricas van colocadas donde iría el el depósito de gasolina y duran alrededor de una hora-una hora y media, dependiendo del uso que se les de. El peso varía poco con respecto a una enduro tradicional, unos 90 kilos. Así pues, le veo un futuro enorme al invento de KTM. Una moto silenciosa y respestuosa al ciento por ciento con el medio ambiente. Por cierto, en la carrera de amateurs entraron en tercera posición.
Para acceder a ver las carreras había que dejar en la entrada del circuito un kilo o un litro de comida. Ha sido todo un éxito. Da gusto ver la solidaridad de los aficionados a las motos. Se han recogido gran cantidad de alimentos. Desde la organización dan las gracias a todos.
Otra cosa gratificante es pasar una mañana de domingo junto a padres e hijos unidos por la afición motera. Había mucha familias disfrutando de las motos de campo. Los más pequeños subidos a los hombros de sus padres y preguntado y señalándolo todo. Durante la carrera de los “profesionales” se lo pasaron en grande viendo a los pilotos derrapar, saltar, pasar por sitios imposibles y hasta alguna caída sin consecuencias.
No es un mal plan de domingo con los niños. Les entretienes en el campo, les aficionas al motor y les enseñas solidaridad con los más necesitados. La gente de las motos, que es así de buena gente.