Pocas ocurrencias han sido tan sonadas como la última de Monago: Poner a la venta la sede sita en Mérida que ha servido de vivienda a los presidentes de la Junta de Extremadura. Yo me opongo a ello.
En su intento de desviar la atención de los tan traídos y llevados viajes a Canarias, Monago hace un salto mortal adelante con tirabuzón incluido y asesorado más bien por un enemigo que por un amigo, lanza la idea de vender la casa del presidente. Y yo me pregunto, y ¿quién es él para poner a la venta un inmueble que nos pertenece a todos los extremeños? Que realza además la capitalidad de Mérida como sede de la Autonomía. La espiral en la que se ha metido el presidente no hace sino abundar más en la idea de que le sigue siendo difícil explicar el berenjenal de los viajes, de la visa, de los de ida y de los de vuelta y ahonda más en una tormenta que ha pasado de ser de arena a cemento armado.
Gobierne Sr. Monago y déjese de ocurrencias que no provocan más que la carcajada del resto del país. Si Vd. quiere vivir en Badajoz con parabólica o sin ella no es solo problema suyo sino de todos los extremeños, porque los viajes de Badajoz a Mérida y de Badajoz a otros sitios en su coche oficial también son a costa de los impuestos de los extremeños y Vd. no es quien para desahuciar por una decisión unilateral al presidente de la junta de su residencia oficial.
No se es más trasparente con estas ocurrencias de las que por cierto en Génova parece ser que están un poco hartos de que a una propuesta de Rajoy Vd. vaya más allá con otra