Más de mil millones de personas en el mundo padecen discapacidad

La población discapacitada padece mayor desempleo, menor acceso a la educación, peor asistencia médica y mayor índice de pobreza. Al mejorar su salud, la persona con discapacidad previene nuevas lesiones, potencia sus capacidades, su independencia y mejora su autoestima

Hoy 3 de diciembre se celebra el Día Mundial de las Personas con Discapacidad, para tomar conciencia sobre una de las problemáticas más serias y crecientes que afectan a la población mundial.

Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS)¹, más de 1.000 millones de personas viven con algún tipo de discapacidad. Una cifra que supone un 15% de la población mundial y que cada año aumenta debido al envejecimiento de la población y el aumento de enfermedades crónicas.

La discapacidad afecta más a las mujeres, las personas mayores, y los niños y adultos sin recursos económicos. Este último grupo, que supone la mitad de los discapacitados a nivel mundial, sufre especialmente al no poder tener acceso a atención sanitaria. Muchos niños del tercer mundo que padecen discapacidad sufren además el doble castigo de verse excluidos de la escuela.

Según prosigue el informe de la OMS, el desempleo se ceba más con las personas discapacitadas. En los países de la OCDE, la tasa de empleo para las personas con discapacidad es de un 44%, frente a un 75% de las personas sin discapacidad.

La falta de oportunidades, educación y asistencia médica incide en una mayor vulnerabilidad ante la pobreza, como por ejemplo una alimentación insuficiente, vivienda precaria, falta de acceso al agua potable y el saneamiento.

Insatisfacción con la atención sanitaria

En los países desarrollados, prosigue la OMS, la sensación de los discapacitados que acuden a los servicios sanitarios suele ser en muchos casos negativa. Respecto a las personas sin discapacidad, los discapacitados son dos veces más propensos a mostrar insatisfacción con el servicio ofrecido y cuatro veces más propensos a sentirse mal atendidos.

Se deben mejorar las vías para que estas personas reciban una atención de calidad, siendo sensibles a las barreras que se suelen encontrar y las dificultades que padecen en cada caso particular.

Más salud, más independencia, mejor calidad de vida

Las personas con discapacidad pueden conseguir una mejor calidad de vida. Invertir en Salud es fundamental para estas personas. La OMS ya indica que  una buena rehabilitación ayuda a potenciar al máximo la capacidad de vivir normalmente y a reforzar la independencia. 

Muchas personas con discapacidad caen en problemas de depresión, en el aislamiento y la dependencia. “Es lo peor que puede ocurrir, algo contra lo que hay que luchar desde el minuto 1. Estas personas deben sentirse útiles, demostrar que saben manejarse y disfrutar de la vida. Para ello deben reforzar su estado de salud acudiendo a profesionales sanitarios que les ayuden a superarse”, advierte XXXX. “En nuestro campo, como quiropráctico, puedo decir que atendemos en nuestras consultas a muchas personas de la tercera edad y personas con alguna discapacidad motivados por buscar un día a día más saludable, con más vitalidad, ánimo y bienestar”.

«Cada profesional médico en este tipo de pacientes debe ser especialmente escrupuloso a la hora de hacer un estudio en profundidad, adaptarse a sus características particulares, evitar cualquier tipo de contraindicación (por ejemplo, en casos de osteoporosis) y perservar su seguridad. En quiropráctica, por ejemplo, disponemos de más de cien técnicas para utilizar, muchas de ellas suaves como Activator, Técnica SOT, Thompson, Network, Logan o Toggle, ideales para estos casos”.

Toda mejora en la función del sistema nervioso, la flexibilidad de las articulaciones, la salud de la columna y las extremidades permite a estas personas potenciar sus capacidades, prevenir nuevas lesiones discapacitantes y sobre todo sentirse con autoestima y en plenitud. Es algo a lo que no deben renunciar”, concluye XXXXXXXXXX.

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