La Organización Colegial Veterinaria Española ha convocado este miércoles a las 12,00 horas concentraciones ante las facultades de veterinaria para reclamar que se «ponga freno» a la apertura de nuevas facultades que impartan el grado, bajo peligro de «devaluar» la profesión.
En el caso de Extremadura, la concentración tendrá lugar a las 12,00 horas frente a la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Extremadura, situada en el campus de Cáceres.
El llamamiento incluye una invitación para las mascotas de quienes acudan a apoyar la reivindicación. «Su imagen nos dará fuerza», reza la convocatoria enviada por los profesionales.
El colectivo reclama que la Administración del Estado y las Comunidades Autónomas eviten la apertura de cinco nuevas facultades de veterinaria que, unidas a las doce ya existentes, provocarían el «hundimiento» de la profesión, según los profesionales del sector.
El primero de los proyectos de facultades ya ha sido autorizado por la Generalitat catalana en Lérida, actitud que, según el manifiesto presentado por los veterinarios, «es una muestra más de la adopción de decisiones que no tienen en cuenta los criterios profesionales y académicos y sí exclusivamente razones de conveniencia política y presiones de tipo localista».
Además del actual excedente de profesionales, cada año salen de la universidad el doble de titulados en veterinaria de los necesarios, y del «engaño» que, a su juicio, supondrá para los estudiante que accedan a las nuevas facultades, alegan que la apertura de nuevos grados provocará una reducción de la calidad de la enseñanza de la profesión.
«Mantener una facultad de veterinaria cuesta entre ocho y diez millones de euros al año, además de la inversión inicial de 15 millones de euros» para la construcción de las instalaciones, aseguraba la semana pasada el Presidente del Consejo General de Colegios Veterinarios de España, Juan José Badiola.
En la misma línea el manifiesto señala que «cuesta entre 9.000 y 12.000 euros formar a un alumno cada año», un importe del que, según Badiola, los alumnos costean menos del 15% en el caso de las universidades públicas, mientras que el resto corre a cargo del Estado.
