Excmo. Sr. Presidente del Gobierno de Extremadura, faltan horas para que veamos su discurso de fin de año y contar una a una cuántas mentiras echa a los extremeños. Permítame, empero, unos minutos y lea estas letras, que por la insignificancia del personaje a tratar no me ha costado casi nada dedicarle:
La vida nos enseña muchas cosas, pero me voy a quedar con dos: perdonar y respetar.
A usted se le puede perdonar haber vivido en Canarias mientras era senador designado por la Asamblea de Extremadura y elegido por el Partido Popular regional y haber roto su matrimonio por encapricharse de Olga María Henao, una guapísima colombiana con aires de grandeza, con la que estuvo dos años y medio. Pero no se le puede respetar que utilizase dinero público, como ha quedado demostrado, para pagarle a su novia los viajes de Tenerife a Sevilla con la tarjeta VISA del Senado, como expuso públicamente en su momento Diario Público. Usted ha utilizado fondos de todos los españoles para pagarse sus correrías. Es ésta una verdad objetiva que ha desmentido con la boca pequeña, pues si tuviera la conciencia tranquila, nos hubiese llevado, desde el primero al último, ante los Tribunales de Justicia.
Sin embargo, ha optado, según se rumorea, por viajar más allá del Canal de la Mancha desde Bruselas y convencer a la persona que podría haber arruinado su carrera política –si no lo está ya–, para que no participase en un programa de televisión. Una única aparición y de quinta tertuliana de “Hable con ellas” nada. Además, se dice, que ha presionado a los directivos de la cadena televisiva para que no la contratasen. Estaremos atentos a los anuncios en Telecinco promocionando el turismo de nuestra región. Un único programa de Olga María Henao en el que los silencios y las risas lo decían todo. Debe ser usted un mal novio o puede que un mal amante, pues su ex novia sólo tiene palabras maravillosas para Carlos Muñoz Obón, el diputado del PP por Teruel que tuvo una relación con Olga María y lo que hay que tener en política cuando a uno le descubren con las manos en la masa, que no es otra cosa que dimitir.
Debiera haber dimitido, querido presidente, y no lo hizo porque el problema estriba en las encuestas que usted lee. Según la de Libertad Digital tras la “mentira” de sus viajes a Canarias, reconocidos por usted mismo, había mejorado incluso en las expectativas electorales y tendría escaños sobrados en el Parlamento extremeño, o sea que lograría la mayoría absoluta que rozó en 2011. Pero el Centro de Investigaciones Sociológicas, no obstante, le considera uno de los ingredientes que adereza la corrupción en España y, como bien indican los sondeos que encarga el Partido Popular extremeño, está muy lejos de la mayoría absoluta siendo, junto con Pedro Escobar, los líderes peor valorados por los ciudadanos de la Comunidad Autónoma, y sería el Partido Socialista Obrero Español, con Guillermo Fernández Vara, el que ganaría en Extremadura con mayoría simple. Vara ya ha dicho estar abierto a pactos: eso es bueno.
Se le podría perdonar, incluso, el invento malicioso del “caso Bernal” pero no se le puede respetar, porque entra en juego una segunda persona: Miguel Bernal Carrión. Hay que tener muy poca conciencia y consciencia para tachar a un diputado socialista de asuntos que no voy a repetir hasta que se pronuncie la Fiscalía, pero ojalá la misma le dé la razón, porque de lo contrario no bastaría con que dimitiese, que tendría que dimitir, sino que habría de sentarse en el banquillo de los acusados por una querella criminal por injurias y calumnias.
Seguramente ha preparado un discurso muy bonito sobre una Extremadura que únicamente está en su imaginación, olvidando a los parados y a los extremeños en riesgo de exclusión social, esos que no pueden ni asomarse a la puerta de los restaurantes de lujo que suele visitar demasiado a menudo. Su Extremadura es, con datos objetivos, la del despilfarro, la de actuar a salto de mata, la de primar a los amigos… Una Extremadura para la que no ha conseguido en tres años y medio ni una empresa solvente –al contrario, le corta los trajes a medida a las que vienen con promesas y se llevan el capital fuera–, no quisiera dar por supuesto que ha habido alguna comisión de por medio, si bien la imaginación es libre. Una Extremadura en la que no se ha apoyado a la pequeña y mediana empresa que es la que realmente mueve el tejido productivo junto a los autónomos, tan desvalidos siempre y con usted, aún más.
El Gobierno de Extremadura debe 3.191 millones de euros –medio billón de pesetas, con b de borrico–, y me pregunto dónde ha ido a parar ese dinero. No voy a caer en la demagogia de los patrocinios a Extremoduro, Huecco, Sínkope, Pablo Alborán y Woody Allen porque, aun siendo verdad que hay proyectos mejores en los que invertir el dinero, la cifra total que ha destinado Organics a estos grupos y artistas es mera calderilla pero eso sí, que a la cultura que se pergeña, que se produce, que se desarrolla aquí, le hubieran venido fantásticamente esos dineros.
¿Dónde están los 3.191 millones de euros, señor presidente? Es usted un manirroto, como constata el Banco de España, que no paga ni en tiempo ni en forma a los proveedores, que tiene que acudir al papá estado a pedirle 178 millones de euros para quedar bien, y habrá que verlo, con sus acreedores, con un sueldo que difiere 900 euros del de Mariano Rajoy, su presidente de partido y del Ejecutivo central, quien es tan culpable como usted de cómo está la situación del país y del avance de PODEMOS.
Es usted tan manirroto que se ha gastado en los nefastos tres años y medio de mandato, por poner un claro ejemplo, varios millones en lo que es para usted uno de sus buques insignias de la buena gestión, ya ya, y no es más que lo que sigue siendo, el agujero del Festival de Teatro Clásico de Mérida, aunque haya aumentado de espectadores , vale. sí, ¿ y qué ?, pues mejor que mejor para Pentación y su director Jesús Cimaro, que supongo lo tiene de afiliado de honor. Este tipo, que en su currículo tiene la gran hazaña de dirigir el prestigiosísimo teatro madrileño de La Latina, le ha pagado una fuerte suma de dinero al presentador televisivo vasco Carlos Sobera por presentar los carísimos Premios Ceres. Habría que saber también cuánto se ha gastado el tal Cimarro en invitar a sus amigas y amigos, directores, actores, productores, etc para hacer bulto en este invento pero que cuesta al erario público un cuantioso pellizco y a los directores, productores y actores extremeños, las migajas. ¿Cómo se puede ser empresario teatral de lo público y de lo privado? Las cuentas estarán claras para los patronos, pero aquí habría que ver si cuadran por algún lado. ¿Por qué se contrata a afiliados del PP como porteros en la entrada principal del Teatro Romano de Mérida? En mi modesta opinión, del Festival de Teatro Clásico de Mérida se nos cuenta una historia y quizás la realidad sea otra de ese, repito, agujero, que no hay manera de taparlo aunque se nos venda que se están pagando las deudas anteriores, claro, como siempre, con nuestro dinero.
No contento con todos estos líos, saca a relucir lo que habría pensado el día antes de celebrarse el pleno de la Asamblea donde debía dar cuenta de sus viajes a Canarias, y en el que volvió a mentir una vez más, para desviar la atención de los medios de comunicación y los parlamentarios, como fue la polémica sobre la venta de la Residencia Oficial de los presidentes de la Junta de Extremadura, obligando a un buen alcalde, como es Pedro Acedo, a tener que decir que si se vende dimite. No es perdonable ni respetable echar este pulso a quien le dio la Presidencia del PP y la Presidencia de la Junta. Es indigno de un político jugar de esta forma con la reputación de un alcalde querido por los emeritenses. Eso sí, logró que todos los partidos políticos, sindicatos, asociaciones y vecinos de Mérida se uniesen y dijeran al unísono que ese edificio no se vende. Ya veremos quién gana el pulso al final.
Excmo. Sr. Presidente del Gobierno de Extremadura debo terminar por cuestión de espacio no por falta de asuntos que sacar a la palestra: como buen cristiano le perdono y le respeto; como extremeño siento vergüenza de que usted represente a mi región… Pero el 24 de mayo próximo espero que se produzca una revolución silenciosa en nuestra región y los extremeños acudan en masa a votar por el cambio, y eso, hoy por hoy, sólo lo representa Guillermo Fernández Vara, quien ya fuera un magnífico presidente de la Junta sin estridencias de tipo alguno. Aun así, le deseo suerte y que los ciudadanos no se equivoquen de nuevo como me equivoqué yo al votarle.