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ENHORABUENA, LUIS ALFONSO

OPINIÓN
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[Img #40925]Normalizar una enfermedad. Cuesta creer que a estas alturas tengamos que normalizar las enfermedades, pero siempre es positivo, aunque llega tarde, que a un enfermo se le trate como tal y no sea perseguido por la dolencia que padece. La drogadicción es una enfermedad que conlleva muchos factores: el personal, con el deterioro progresivo de la persona; el familiar, pues todos en conjunto sufren de qué manera que su ser querido se está autodestruyendo; el social, porque los drogadictos son escoria que nadie quiere a su lado, bien por los delitos menores que cometen para garantizarse la dosis de la droga que consuman…,  una enfermedad, digo, como lo es el alcoholismo o el tabaquismo, a pesar de que nuestras autoridades sanitarias todavía no se hayan dado cuenta de ello: alcohólicos y fumadores debieran recibir tratamiento en igual medida que los drogodependientes. Y lo dice uno que fuma como un carretero.

 

 

Pero hete aquí que ha llegado el consejero de Salud Pública del Gobierno de Extremadura, Luis Alfonso Hernández Carrón, y ha llamado a las cosas por su nombre, dando la grata noticia en este primer mes del año 2015 de que, en fase experimental, la metadona, medicamento que se utiliza para paliar el síndrome de abstinencia de aquellos drogodependientes que desean apartarse de ese mundo, se dispense en farmacias. El consejero, con buen tino, ha hecho que el Sistema Extremeño de Salud (SES), Cruz Roja y los farmacéuticos colaboren al unísono, para como bien dice una licenciada en Farmacia de Mérida, los enfermos “puedan tomar la metadona en la farmacia y no en  un autobús en el campo”.

 

Es lo que sucedía hasta ahora y es un asunto que está en el debe de la gestión socialista al frente de la Junta de Extremadura. Sí existían los Centros de Drogodependencias (CEDEX), al igual que continúan existiendo ahora y proseguirán con su trabajo, pero los Gobiernos de Rodríguez Ibarra y Fernández Vara sólo atendieron a esta parte de la sociedad, mínima en la región hay que destacarlo, con pagas por enfermedad ínfimas. A ninguno de sus consejeros de Sanidad se les ocurrió, ni por asomo, normalizar una enfermedad que bien por la concienciación de muchos chavales de hoy en día, bien porque hay otro tipo de oferta en el mercado, bien porque hay más información y por lo tanto ha crecido el miedo, se coloca en una banda de edad media, la de una generación que quemó todos los cartuchos en la época de los 80 principios de los 90 del siglo pasado y que hoy, aún, está pagando las consecuencias.

Algunos me dirán que no hay que lanzar la campanas al vuelo porque se trata de una experiencia piloto pero, con ser así, y debiendo atender no a los 60 enfermos que se tratan ahora sino a los 500 que más o menos se tienen contabilizados, es un primer paso, un primer gran paso hacia la normalización. Experiencia piloto ésta que parece bien estudiada por el SES que no dejará al margen a los CEDEX, pues serán sus profesionales médicos los que marquen las pautas a seguir por las farmacias en la dispensación de la metadona.

 

Llegados a este punto, lo mismo que le critiqué por la falta de preservativos en los centros de salud, tengo que recibir la experiencia con gozo, transmitírsela a los extremeños y dar la enhorabuena al consejero de Salud Pública, Luis Alfonso Hernández Carrón, por ser pionero en Extremadura de un proyecto que era necesario para todos: enfermos, familias y sociedad. Y al mismo tiempo que felicito a Luis Alfonso, quisiera pedir la colaboración de todos, yo el primero, para que cuando vayamos a una farmacia y esté o entre un enfermo drogodependiente a por su dosis de metadona, no le miremos de arriba abajo como si fuera un delincuente. Es un enfermo como el que tiene una enfermedad mental o al que le duele una rodilla: con fármacos y voluntad se pueden superar los males que nos aquejan y llevar una vida personal, familiar y social plena.

 

Lo repito: enhorabuena consejero. Acaba usted de hacer posible que las enfermedades estereotipadas alcancen el grado de normalidad que algunos venimos demandando desde hace mucho tiempo. Luis Alfonso, un placer tratar con políticos como usted.


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