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El convenio firmado entre el Consorcio de Mérida y la Iglesia servirá para potenciar Santa Eulalia como centro de peregrinación y turístico

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El conjunto monumental que integra la Basílica de Santa Eulalia de Mérida tiene un gran potencial como centro de atracción de turistas y peregrinos. Así lo ha indicado la consejera de Educación y Cultura, Trinidad Nogales, que como presidenta del Consorcio de Mérida ha firmado un convenio de colaboración con el Arzobispo de Mérida-Badajoz, Santiago García Aracil, que regula la utilización conjunta de la cripta, la zona de la antigua sacristía y jardines de la Basílica de Santa Eulalia. Un acuerdo que tiene como objetivo “regular y potenciar una colaboración que existe ‘de facto’ entre el Arzobispado y el Consorcio desde los años noventa”, según ha señalado la consejera.

[Img #41005]Nogales ha incidido en la necesidad de potenciar este enclave dentro del circuito turístico que ofrece Mérida, destacando su vertiente como centro de peregrinación. Un aspecto que se verá reforzado tras el reciente reconocimiento por parte de la Santa Sede de este templo como Basílica Menor. Además, Nogales ha recordado que estamos ante “uno de los lugares sacro-cristianos más antiguos de Hispania, que ya fue entre los siglos cuarto y el noveno uno de los centros de peregrinación más destacados, sino el que más”.

 

La consejera también ha indicado que el Consorcio de Mérida potenciará en 2015 la inclusión de la Basílica en el itinerario turístico de Mérida. Así, en la Sala Decumanus –ubicada en la calle Santa Eulalia—se creará un centro de interpretación cuya temática girará en torno de los inicios del cristianismo en la ciudad, coincidiendo con la presencia de la ‘domus eclesiae’ existente en este espacio, dotándola de un discurso museográfico e incorporando piezas. “Este centro de interpretación conducirá al visitante directamente a la Basílica de Santa Eulalia”, ha dicho Nogales.

 

Además, en el conjunto monumental –que fue declarado Monumento Nacional en 1912—el Consorcio realizará una serie de mejoras en torno a la accesibilidad, nueva panelería y señalización. También se acometerán este año mejoras en la iluminación, al sustituir las actuales bombillas por el sistema led, lo que redundará en la eficiencia energética.

 

EL CONVENIO

 

El convenio regula el uso compartido de este conjunto monumental, formado por el templo, el hornito de Santa Eulalia, atrio, jardines, cripta y antigua sacristía, que es propiedad de la Archidiócesis de Mérida-Badajoz.

 

Tanto la cripta arqueológica como el centro de interpretación de la antigua sacristía quedan bajo la tutela y salvaguarda del Consorcio, que destinará los medios necesarios de vigilancia y seguridad, haciéndose cargo de los gastos de mantenimiento y reparaciones, además del cuidado de los jardines.

 

 La consejera ha asegurado que “en ningún momento podemos olvidar que este lugar es un espacio para la cultura pero también para el culto”. Por ello, el convenio establece que en el ábside de la Cripta arda de forma permanente una llama votiva ante un altar e imagen de la Mártir Santa Eulalia, en el lugar en el que estuvo el sepulcro y posteriormente el altar de la basílica visigoda.

 

El convenio tiene una vigencia de diez años, renovable por períodos de cinco años, y también contempla las visitas turísticas al templo religioso, según las condiciones que acuerde una comisión de seguimiento de este acuerdo.

 

La basílica de Santa Eulalia, en su configuración actual, fue reedificada sobre restos paleocristianos y visigodos, tras la reconquista por las tropas cristianas en 1230. Permaneció bajo la Administración de la Orden de Santiago hasta el año 1870, momento en el que pasó a la jurisdicción del Obispado de Badajoz por la bula papal ‘Quo Gravius’.

 

Las edificaciones más antiguas de este enclave se ubican en la cripta, que alberga restos arqueológicos del primitivo túmulo de Santa Eulalia y las posteriores edificaciones basilicales llevadas a cabo en el siglo IV d.C. y en época visigoda.

 

El aspecto actual corresponde, en líneas generales, a la reconstrucción realizada durante el siglo XIII, después de la conquista de la ciudad por las armas cristianas en 1230. De la primitiva edificación románica conserva su planta basilical y tres ábsides en su cabecera, además de una de las portadas de la fachada sur. Las cubiertas son de madera y parecen corresponder a una reforma del siglo XVI, al igual que la segunda puerta de la fachada sur y la antigua sacristía y casa parroquial, añadidas durante esa reforma. En 1891 se reedificó la torre principal y en 1920 el camarín donde se venera la imagen de la Santa. El conjunto fue declarado Monumento Nacional el 13 de diciembre de 1912.

 

La excavación arqueológica de la cripta comenzó en el año 1990 y ante la importancia de los restos hallados se acordó con la Iglesia de forma verbal la conservación de los mismos en una cripta visitable así como la muestra y exposición de los resultados de las excavaciones en un centro de interpretación. Pero hasta ahora, ese acuerdo no se había formalizado a través del pertinente convenio.


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