Digital Extremadura

UNA REGIÓN DE BOINA Y GARROTE

OPINIÓN
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[Img #41139]Ni Woody Allen, ni Pablo Alborán, ni la petición al Gobierno de Mariano Rajoy de que baje del IVA cultural ocho puntos, ni leches. Aquí lo que prima es hacerse una foto con el pequeño Nicolás, al que se disputan los alcaldes de las zonas más desfavorecidas del país porque es el mayor reclamo turístico que tiene el Partido Popular, perdón, esta España nuestra de la pandereta y las castañuelas. El sábado 17 de enero pasará a la historia de esta región de boina y garrote como aquel en el que La Otra Crónica del periódico El Mundo, nos mostraba la instantánea del alcalde de Alcántara y su esposa con Francisco Nicolás, el pequeño pepero que se ha hecho famoso a nivel nacional por su supuesto fraude de identidad y la petición de comisiones importantes a empresarios y políticos. Su fama alcanza tal punto que fue en calidad de invitado a la recepción del Rey Felipe VI cuando tomó posesión del cargo de jefe de Estado.

 

Según nos cuenta El Mundo, el pequeño Nicolás estuvo en Alcántara a una cacería, pero no pagó ni las migas con café que se tomó ni el puesto de la cacería. En tal evento habrían participado dirigentes del PP, hombres de empresa, consejeros del Gobierno extremeño y el alcalde de Alcántara y esposa, quien habría rogado al veinteañero dos cosas: que se hiciera una fotografía con la pareja y que promocionase el puente de Alcántara nada menos que ante la Unesco. El alcalde de la localidad cacereña es una de esas buenas personas de pueblo (por eso no cito su nombre), que cae bien a todo el mundo y que hace dos legislaturas era fichado por el PP para que encabezase la lista, aceptó y ahí le tenemos, de alcalde de su pueblo.

 

Él no es culpable, a mi modo de ver, de que los que mandan de verdad se aprovechen tanto de su persona como de los habitantes del municipio, donde la noticia corrió como la pólvora e, incluso, parece anunciado un España Directo de La Primera de TVE para este lunes. Los verdaderamente responsables de que un presunto delincuente campee a sus anchas por esta piel de toro y disfrute de una popularidad sin igual, son los empresarios que lo llevaron a la cacería, los dirigentes del Partido Popular que le ríen las gracias y los medios de comunicación. Sí, los medios de comunicación también, entre los cuales me incluyo, por hacerse eco de acontecimientos que perjudican de por sí a una región como Extremadura que vuelve a estar en boca de todos y que no necesita ni de Woody Allen, ni de Pablo Alborán ni del pequeño Nicolás para encauzar su desastrosa imagen y situación, esa que nos ha dado José Antonio Monago Terraza y sus sambenitos que nos costará quitarnos en mucho tiempo.

 

Monago es un despreocupado de la vida, y así lo ha demostrado, que tiene a dos familias desahuciadas a las puertas de su casa en Badajoz, a las que prometió vivienda, y además, cuenta con el aval de que el futuro lo tiene resuelto. Da igual que gane o pierda las elecciones del 24 de mayo próximo: su sueldo de ex presidente contará con él mientras viva. Quienes crean que si no vuelve a ser presidente cogerá la manguera de bombero no sabe ni acierta en lo que dice. Ha sido y es un mal presidente para nuestra región; es un engreído que disfruta con lo que hace, cual marqués de Sade, y no le importa ni la situación por la que atraviesa su pueblo, de dificultad absoluta, ni sabe poner medios ni remedios para solucionarlo.

 

Por eso, cuando el placentino Miguel Cantero, portavoz del PP en la Asamblea registraba el viernes 16 las medidas incumplidas por Guillermo Fernández Vara cuando éste fue presidente de la Junta de Extremadura en la anterior legislatura, a uno le causaba cierta gracia, ya que el Gobierno hacía oposición a la oposición. No, no es en la Asamblea donde hay que batirse el cobre, señor Cantero, aun siendo verdad que el Parlamento congrega las voluntades de los extremeños. Es en la calle en donde están los problemas, esos que ustedes no ven o no quieren ver porque están más cómodos en los despachos oficiales, con una buena calefacción y secretaria siempre disponible.

 

Me da pena, sinceramente, haber contribuido a dar publicidad a un pequeño sinvergüenza que después, cuando se reúne con sus amigos a hacer botellón, se ríe de un buen alcalde, de empresarios, de consejeros y de todos los que, poco menos, le rindieron pleitesía hace una semana en Alcántara. Pero los medios de comunicación tienen la obligación de informar con veracidad y que las opiniones sean lo más centradas posibles, y es lo que intento hacer desde Digital Extremadura.

 

La vergüenza es para José Antonio Monago y Fernando Jesús Manzano, pillados in fraganti utilizando tarjetas de crédito oficiales o personales, pero quienes se niegan a hablar de estos asuntos. Que el número 1 y el número 2 de un partido, como es el Partido Popular, y de las instituciones de una Comunidad Autónoma, como es Extremadura, den ejemplos tan poco edificantes quiere decir que aquí falla lo elemental, que es el honor y la vergüenza. Por mí que venga el pequeño Nicolás y se haga una fotografía con estos dos personajillos que lideran el PP de Extremadura. Hemos vuelto, insisto, a la Extremadura de la boina y el garrote, esa que tanto le costó hacer olvidar a Juan Carlos Rodríguez Ibarra.


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