CCOO indica que el notable incremento del paro en Extremadura, recogido por la Encuesta de Población Activa del último trimestre del pasado año, marca un trimestre nefasto para el mercado laboral de la región y confirma las advertencias del sindicato de que el empleo que se estaba creando era muy volátil y precario.
Para CCOO un aumento del paro en 11.5000 personas, hasta devolver la tasa de desempleo a casi el 30 por ciento, y la destrucción de 12.500 empleos en tan solo tres meses, deben hacer encender todas las alarmas y cuestionar la política que se está llevando a cabo desde el Gobierno del PP.
En un solo trimestre se ha roto con la tendencia del resto del año y se han diluido los tibios resultados que se habían logrado previamente.
Esto es consecuencia, añade el sindicato, de una política que ha colocado a España y especialmente a Extremadura en una dinámica muy preocupante, con un mercado de trabajo que crea empleo de muy poca calidad y en momentos puntuales y que en poco tiempo lo destruye con muchísima facilidad.
Según CCOO hay dos cuestiones importantes que ensombrecen aún más el panorama. De las 151.800 personas paradas en Extremadura, el 41 por ciento llevan dos años sin trabajo. Esto supone un 7 por ciento más que hace un año y un 35 por ciento más que cuando Monago inició su legislatura.
A esto hay que añadir la pérdida de población que Extremadura está sufriendo. Esta pérdida está estrechamente ligada al contexto laboral que atraviesa la región. La falta de expectativas está obligando a miles de extremeños y extremeñas a emigrar y marcharse, haciendo recordar tiempos que no se vivían en décadas.
El presidente extremeño, José Antonio Monago, explica el sindicato, demuestra una vez más que es incapaz de afrontar el principal problema de la región. Monago lleva una mochila en la que acumula 30.000 empleos destruidos y 35.000 parados más desde que inicio su legislatura. No toma medidas de estímulo económico y de creación de empleo y margina la concertación y el diálogo social como vías para sacar adelante a la región de una manera sólida.
Aunque antes de ser presidente hacía del empleo su bandera, desde el inició de su legislatura ha preferido obviar su responsabilidad y desviar la atención a otros temas consciente de su incapacidad para ofrecer soluciones al paro. Cuando inició su mandato la tasa de paro era el de 23 por ciento y ahora roza el 30 por ciento. Esto debería hacer reflexionar a la ciudadanía extremeña sobre qué tipo de políticas y qué responsables quiere para los próximos años.
