Con fecha de 21 de noviembre de 2014 en esta columna expresé mi opinión sobre los abusos “consentidos” a determinadas entidades bancarias: https://digitalextremadura.com/not/60697/-gana-la-banca-/
El lunes 9 de febrero de 2015 un medio de comunicación se hace “eco” de la situación de un grupo de vecinos de una urbanización de Badajoz, una urbanización promovida por la Administración Regional, los llamados pisos “60.000”, donde los citados vecinos por sus hipotecas están abonando a la entidad Bancaria más de 100 euros al mes por las cláusulas suelo.
Son promociones con apoyo público pero con desamparo privado por parte de las entidades financieras. Esto es, las Administraciones Públicas velando por el interés general facilitando el acceso a la vivienda dentro del respeto a la normativa y legalidad vigente y desde el ámbito privado las entidades financieras lucrándose, aprovechándose, y lo que es más grave en un Estado Social y Democrático de Derecho, actuando al margen de la legalidad.
La clase política sigue consintiendo estas actuaciones ilícitas, sin establecer cotos a estas prácticas declaradas abusivas por el superior órgano jurisdiccional de este país, el Tribunal Supremo.
Determinadas entidades financieras persisten en apropiarse de lo ajeno, continúan estafando, timando, atracando, desvalijando, saqueando, y lo más peligroso, defraudando a una sociedad ávida de cordura, anhelosa de lógica y hambrienta de decencia.
Pero recuerdo que ha habido entidades financieras que si han actuado acorde a la ley y al ordenamiento jurídico y de conformidad con lo dictaminado por el Tribunal Supremo: BBVA, Cajamar, Caixa Galicia, entidades que hoy inspiran confianza para el cliente.
Nos encontramos hoy en día, con cientos de miles de personas en España que no tienen para pagar el agua, el gas, que no enchufan el calefactor / radiador de sus casas porque no pueden pagar la luz, que perciben cada día menos ingresos o lo que es peor no tienen ingresos, con cada vez más dificultades para acceder a la sanidad y a la educación, y además determinadas entidades financieras nos “cobran ilegal e injustamente” la cláusula suelo.
Esta situación consentida nos daría pie para entonar la canción / parodia de Los Morancos que dice:
“… ellos con dinerito y tu cortito y yo cortito,
todos cortitos….. y eso te toca porque a mí me toca.
nosotros jodidos mientras que esos tíos se siguen forrando:
¡Mangando! ¡Mangando! ¡Mangando! ¡Mangando!
