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TEATRO AMATEUR, TEATRO DE CALIDAD

OPINIÓN
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¡Ay qué emocionada estoy! ¡Qué nervios! , hoy ya me he tenido que tomar una infusión de hierbas relajantes. Y es que dentro de unos meses volveré, por tercer año consecutivo, a ser una mujer grecolatina en algún rincón de mi hermosa ciudad. Otra vez a estudiar, a memorizar, otra vez a compartir tantas emociones con mis compañeros, los ensayos, las risas… Los días de calor, el trajín con el vestuario, el calor y el cariño del público, el silencio antes de empezar, los nervios… ¡Ah, qué no sabéis de lo que os hablo!, bueno voy a empezar por el principio…

 

Cuando yo era chica cantaba en el coro del colegio pero mis anhelos eran muchos como imagino les pasa a muchos niños. También quería ser bailarina pero no pudo ser. Un día le dije a mi madre con el cepillo en la mano, a modo de micrófono y ataviada de un trozo de tela rodeando mi cuerpo como un vestido de noche, que yo quería ser “cantactriz”. Harta de ver las películas de Hollywood con esas actrices tan guapísimas y maravillosas, los musicales de aquellos años dorados y esos actores de los que te creías todo, hicieran el papel que hicieran. Pero mi madre absorta en sus quehaceres mundanos no me echó cuentas, demasiado ocupada con cuatro niñas y la vida en general, sólo conseguí que me apuntara al Conservatorio para aprender a tocar la guitarra cuando tenía ya catorce años y ahí se quedó todo…por cierto, nunca aprendí a tocarla.

 

Pasaron los años, muchos, muchos años y un día retomé mi vena artística como cantante, en un coro, cosa que me ha dado muchísimas satisfacciones, una gran familia y salud a nivel fonador. He aprendido mucho y lo valoro de tal forma que sólo lo dejaría por prescripción facultativa.

 

También me inicié en la danza árabe durante un tiempo pero estar en el paro y compaginar tantas actividades es complicado así que lo aparté por un tiempo hasta que vuelvan las vacas gordas. Y ya sólo me quedaba la escena, el teatro, de la que soy fan incondicional pero al que tenía un miedo inmenso y un respeto casi divino. Tuve la gran suerte de participar en un taller aquí en mi ciudad defendiendo lo que yo pensé que nunca podría, un monólogo de la obra Edipo Rey y cuál no fue mi sorpresa que hice que el público se emocionara y hasta hice soltar alguna lagrimilla. Aunque sinceramente la que estaba emocionada y cargada de una extraña sensación era yo, lo de “te ha picado el gusanillo” se quedó corto. Después de esa experiencia y de las hermosas palabras de mi familia, amigos y otros que no eran nada mío decidí que aquello no se podía quedar ahí, “tienes potencial”, “increíble actuación”, “vales para esto”… ¿qué hacer ante tremendas críticas?, pues liarme la manta a la cabeza y apostar por mí…

 

Mi primera incursión fue realmente una invitación para un  pequeño papel en Electra, aunque nunca hay pequeños papeles porque cada personaje en la obra tiene su cometido y así lo viví desde el principio gracias a la magnífica dirección de la directora. Un éxito la obra y una enorme satisfacción compartir escenario con mis compañeros en un lugar emblemático de mi ciudad como es el Templo de Diana. Fue un verano glorioso para mí y  fue entonces cuando decidí que tenía que aprender, prepararme, estudiar y qué mejor lugar que la escuela de teatro Taptc Teatro? que con tanto cariño me habían invitado.

 

La obra del año pasado, una comedia, me volvió a dar un verano maravilloso. Con un papel más extenso y un elenco coral donde desde el principio fuimos una gran familia, El éxito fue rotundo y llenamos un espacio nuevo de nuestra ciudad los cuatro días de representación.

 

Teatro amateur llevado a cabo por una escuela empeñada en cultivar y hacer disfrutar  la cultura grecolatina por los rincones de nuestra Mérida querida. Una escuela con profesionales que son actores, directores, guionistas, docentes y sobre todo entusiastas de su trabajo y de que las cosas no por ser hecho por aficionados tengan menos calidad…El esfuerzo es titánico si consideramos las pocas ayudas que se dan a este tipo de colectivos, pero los años les avalan y cosechados los éxitos de estos últimos va teniendo más presencia y más renombre en el Festival de Teatro Clásico como  “Festival Off” o “Augusto en Mérida”, así es que ,¡cómo no voy a estar nerviosa, emocionada y expectante!

 

Después de todo,  en la vida, si persigues un sueño, al final con un poco de lo que la vida te da y otro poco de las ganas que tú tengas, los sueños pueden cumplirse. Ya puedo decirle a mi madre que ahora sí soy! “Cantactriz”

 

Cómico

 

Soy yo, detrás de la máscara y la mueca,

detrás de las palabras del sueño de otro humano

y me miras incrédulo, a veces divertido, emocionado

en tiempos de relojes acordados.

Soy yo, a tiempo parcial de mi destino,

la entrada y salida de lo ingrato,

La vida reflejada en tu butaca

a través del espejo de mi alma…

 

 

Y así soy yo, sin reverencias,

aplauso de lo humano y lo divino,

la fuerza de mi gesto que es mi vida,

son mi sueños, mi dolor y mis vivencias.

 

 

Así soy yo y no me canso…


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