Lo dijo Joseph Paul Goebbels, ministro de Propaganda en Información de Adolf Hitler: una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad. Pues lo mismo viene ocurriendo desde el viernes en Facebook y Twitter con el torneo de pádel que debía celebrarse en mayo en Mérida, justo en plena campaña electoral de las municipales y autonómicas, y que ya no tiene lugar porque la organización del evento ha decidido que la oposición ciudadana era tan fuerte que es preferible buscar un emplazamiento más tranquilo que no sea el Anfiteatro Romano y Mérida.
Y cito a Goebbels porque nada más conocerse la suspensión, era el alcalde emeritense, Pedro Acedo Penco, el que culpaba al candidato a la Alcaldía por el PSOE, Antonio Rodríguez Osuna, y a la izquierda radical de la paralización del mismo. Con su postura, del todo desmesurada, Acedo abría la veda contra Rodríguez Osuna, así que desde concejales como Miguel Valdés Marín o Fernando Molina a trabajadores del Ayuntamiento afines al PP se lanzaban a escribir en las redes sociales que Rodríguez Osuna y el PSOE tratan de hundir Mérida. Se hace esto, por si alguien no ha caído en la cuenta, después de que las encuestas del Diario HOY diesen mayorías absolutas a los alcaldes de Badajoz y Plasencia, a la alcaldesa de Cáceres y mayoría simple al regidor municipal capitalino.
Arrogar toda la responsabilidad de la suspensión del torneo a Antonio Rodríguez Osuna es darle un poder de convicción que le otorgaría no mayoría absoluta el 24 de mayo sino los 25 concejales del Consistorio. La verdad no es otra que Rodríguez Osuna no se opuso a que el torneo de pádel tuviese lugar en Mérida, quien diga la contrario miente. Lo que sí dijo el líder socialista, y sostiene al día de hoy, es una opinión que mantienen más de 200.000 ciudadanos de todo el mundo que ha votado en internet, que es que la capital extremeña tiene lugares igual de vistosos, como puede ser el parque de Los Milagros. Y conocida la suspensión, lo primero que hizo el socialista fue ponerse a disposición del alcalde e instar a José Antonio Monago y al edil a retomar las conversaciones con la organización del evento.
Pero como por la boca muere el pez, Acedo solo se delataba al confesar a los periodistas que la primera opción de los organizadores no era el Anfiteatro sino el Teatro Romano y que ellos, que son más listos, más altos y más guapos que nadie, les habían convencido para que cambiasen de opinión. Es decir, que el torneo de pádel tenía que celebrarse sí o sí en un monumento que no está consolidado, según la opinión cualificada de los expertos, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, cuya agencia asesora desaconsejaba la celebración del mismo por la no idoneidad del lugar.
No, no conviertan mil mentiras en una verdad, como pretenden hacer con la participación en todo este asunto de Antonio Rodríguez Osuna. La única verdad es que más de 200.000 firmas han contestado a la soberbia de Monago y de Acedo y han hecho ver a la organización del torneo de pádel que el Anfiteatro no era el lugar adecuado y que estos dos cargos públicos, que ostentan la responsabilidad de ambos gobiernos, el autonómico y el local, no saben o no quieren que en plena campaña electoral del 24 de mayo se celebre el citado torneo en otro lugar que no sea aquel que les haga ganar votos.
Echar las culpas a Rodríguez Osuna (lo de la izquierda radical me lo guardo para otra ocasión) es únicamente un pataleo y utilizar de forma torticera lo que ha sucedido, con el único afán de conseguir réditos electorales. Decir que por el candidato socialista se han dejado de ingresar en Mérida 2 millones de euros es pura falacia y quien juega con armas trucadas siempre sale perdiendo.
¿Por qué no se aceptan el ofrecimiento de Antonio Rodríguez Osuna y del líder socialista Guillermo Fernández Vara para hablar con la organización del pádel? No, eso no, es preferible, a dos meses de las elecciones ponerlos a parir y mentir diciendo a la ciudadanía que han sido los responsables de la no celebración del torneo de pádel. Mérida tiene muchos lugares emblemáticos en los que organizar el evento. Cerrarse de miras y ver fantasmas donde solo hay colaboración no es algo nuevo que nos sorprenda viniendo de Monago o de Acedo. Ellos son los mejores. Lo voy a repetir hasta mil veces a ver si se convierte en una verdad.