GPEX HACE PERDER NUEVE MILLONES A LA REGIÓN

Lo que siento es que ustedes me terminen llamando pájaro de mal agüero, pero es que a medida que se escarba en el Gobex uno se da cuenta de que hay mucha tela que cortar y que no es oro todo lo que reluce, como nos trata de hacer ver el presidente. Vamos, que Cristóbal Montoro está irritado con José Antonio Monago y con razón, pero yo, como extremeño, estoy cabreado. No contento con pasar del 0,86% al 2,44% de déficit en un año y de anunciar a bombo y platillo que se habían creado puestos de trabajo, ahora viene Comisiones Obreras y nos desvela que el 85% de los empleos generados en el último mes son con contratos de treinta días, es decir, que buenamente te estás acostumbrando al puesto de trabajo cuando te tienes que marchar a casa. ¿A quién quiere engañar Monago con sus soflamas en Canal Extremadura? Por lo pronto, ya han repetido, que yo sepa, en un par de ocasiones la entrevista amable que le realizaban hace unos días. Eso para que los extremeños consideren que la televisión pública extremeña es cercana: ni una procesión entera ha emitido. ¡Qué vergüenza!

 

Pero no queda aquí la cosa, no. Ahora resulta que la Sociedad de Gestión Pública de Extremadura (Gpex) ha hecho perder nueve millones de euros a la región. Sí, como suena, nueve millones del ala que vienen a ser 1.500 millones de las antiguas pesetas que Extremadura no recibirá de Europa por la mala gestión de Gpex, cuyos responsables directos son Celestino Niso Hurtado y Julián Muriel Melchor, que son los mandamases de la gestión económica y administración general de la Sociedad. Por si no les ha quedado claro, estas personas dependen del Gobex, del que se jacta en presidir Monago.

 

Según me cuentan mis fuentes de dentro de Gpex, las encomiendas o trabajos, principalmente del área  del medio natural, no han sido aprobadas por Europa, ya que la ejecución y las certificaciones no son acordes con la legislación europea. Dicho de otro modo, que los nueve millones de euros adelantados por el Gobierno de Extremadura no van a ser cubiertos con los fondos europeos (Feder) y por ello serán todos los extremeños, vía fondos propios de la región, los paganinis de la calamitosa gestión de Gpex.

 

 

Hay que tener en cuenta que esta Sociedad es la mayor empresa de servicios de nuestra Comunidad Autónoma, con cerca de 700 empleados  con contratos indefinidos y temporales, por lo que muchos temen que puedan verse en la calle ante la pérdida de tan importante suma. En resumen, que unos por otros la casa por barrer. La Junta adelantó un dinero previendo que Europa subvencionaría los nueve millones de euros y Gpex, que se considera una sociedad de cerebritos y ha presumido en más de una ocasión de contar con los mejores, no ha querido, sabido o podido presentar a Europa las certificaciones precisas para que nos dieran el dinero. Los culpables: el Gobex y Gpex. Las víctimas: el conjunto de la sociedad extremeña, ya que este dinero habrá que detraerlo de otras partidas o programas.

 

Es lo que tiene ir de sobrao por la vida, y lo digo por unos y por otros. La vida pone a cada cual en su sitio y Monago va de esto y más. No soy pitoniso por lo que no puedo decir qué sucederá el 24 de mayo próximo, pero si no sigue de presidente, deja una herencia buena a su sucesor: 3.000 millones de euros de deuda, que ni Cristóbal Montoro sabe en qué se ha gastado este hombre tal cantidad de dinero (medio billón de las antiguas pesetas) y 155.000 parados, siendo la Comunidad que va a la cola, con la excepción de Andalucía. Después hacía chistes con Paco de Zafra y Curro de Camas, serie animada que tuvo que retirar presionado por el conjunto de su partido.

 

La gestión de Monago al frente del Gobierno de Extremadura no hay por dónde cogerla, porque sí, es cierto, se han hecho cositas pero solo eso cositas. Ni una buena industria ha venido a Extremadura ni una carretera en condiciones. Y encima deja 40.000 parados más que en 2011 cuando asumió el poder de manos del líder socialista Guillermo Fernández Vara. Y ahora se pierden nueve millones de euros por el camino por la mala gestión de unas personas que cobran un pastón a final de mes.

 

No seré, pues, un pájaro de mal agüero cuando solamente me limito a explicar que sucede en lo colectivo, dado que la política está para mejorar la calidad, y la cantidad, de vida de un pueblo. Los hay que se miran el ombligo y se dan por satisfechos. Otros, en cambio, queremos saber a dónde va a parar el dinero de nuestros impuestos. Pero mucho me temo que Monago y algunos de su cuerda no pasan de cintura hacia arriba y así nos va, siendo los más endeudados y perdiendo encima dinero.  Es lo que tiene ir de sobrao y de fanfarrón por la vida.