Digital Extremadura

CRÓNICA DE UNA BUSCAVIDAS

OPINIÓN
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Todo ocurre cuando me levanto tan temprano que apenas mi cuerpo y mi espíritu aún intentan sincronizarse y adherirse como una pegatina a su pegamento; cuando aún mis ojos intentan enfocar la vida; cuando aún estoy en ese momento zen en que el ruido de la calle no me molesta y pareciera que ando en un limbo chocando con alguna silla mal colocada, pues mi noción del espacio desapareció durante las horas nocturnas y a mi cuerpo le cuesta mucho volver a este mundo terrenal con la consciencia bien abrochada y siendo dueña y señora de todo mi ser.

 

Hay que desayunar, ducharse, vestirse y pintarse un poco la sonrisa. Con eso es suficiente para lidiar al día que tenemos por delante y que  tiende a desparecer, a veces, demasiado rápido. Y detrás de una, como empujando, las prisas, que reflejadas en el reloj te da la sensación de estar en un cuento… Yo a veces miro a mi alrededor por si viera aparecer a Alicia, aunque no sea este el país de las maravillas ¡Claro!, pero un poco conejo me siento, un conejo en la línea de salida de una carrera a contrarreloj. Así es una mañana cualquiera en la vida de una persona del montón, de una mujer, madre, esposa, hija, hermana, en paro aunque trabajadora, preparada, con carrera, idioma y otros cursos, con inquietudes artísticas y muchos sueños por cumplir, vamos una utópica según mi signo del zodiaco…

 

Hace unos días hablaba con una amiga de estas cosas, de cómo está el mundo, de las posibilidades que la vida te da o no para trabajar, cabreadas en modo sumo por lo poco que hacen los políticos para que esto cambie aunque nos digan continuamente que sí que está cambiando, que no por decir las cosas mil veces se convierten en realidad, pero ¿a ellos qué les importa?… Bueno y ya no hablemos de trabajar en  lo que tú eres buena o para lo que has estudiado, no, simplemente en la oportunidad de poder trabajar, así sin más, en cualquier cosa y lo que es más triste sin ni siquiera estar dada de alta… ¡uf!, de eso estoy yo ducha por desgracia, y al final la conclusión era la misma para ambas, yo porque tengo estudios y ella porque no los tiene andamos varadas en la playa del paro. Allí en el Sexpe somos un número, de allí nunca te llaman y allí piensan que sólo queremos las ayudas, y  mientras que nada de eso llega, nos buscamos la vida en trabajos malamente pagados y dando gracias de que no nos  falte una casa que limpiar, unos niños que cuidar o un bar al que ir a echar unas horas. Situaciones como la mía o la suya las hay a patadas, vamos, que no tienes que salir de tu barrio para encontrarte con un montón de familias embarcadas en este mar inmenso buscándose la vida. ¡Lo que es una Buscavidas, vaya!, a esto, la RAE en su segunda acepción la denomina:

 

2. com. coloq. Persona diligente en buscarse por cualquier medio lícito el modo de vivir.

 

Lícito sí, y digno y  muy mal remunerado. Pero así están las cosas ahora y de haber un cambio yo creo que estos trabajos serán siempre igual porque somos nosotros los que infravaloramos o sobrevaloramos las cosas, en fin… Pues a pesar de todo esto, nosotras, que además de pobres y luchadoras somos unas soñadoras algunas veces echamos una primitiva, o mandamos las etiquetas del Nescafé para el sueldo de toda la vida, porque soñar es gratis o como mucho cuesta unos eurillos, aunque nosotras hasta para soñar somos humildes que siempre pedimos las mismas cosas… la salud y gracias, como en navidad,  pero debe ser que no ha llegado el momento de nuestra suerte, así que, cuando nos juntamos para tomarnos un café o  para pasear, sólo nos queda reírnos de nuestra santa vida y aplaudirnos por ser unas mujeres todo terreno.

 

Este enorme esfuerzo de sacar una sonrisa a pesar de todo, de arrancarle horas al sueño, de pelear cada día con la vida, de que el tiempo pase por encima de una, al final  tiene que tener su recompensa y es muy valiosa, sí, porque tal como está el mundo, que tus hijos vean, vivan y sientan como suyo propio lo que puedes llegar a hacer para sacar adelante una casa y si es posible, que no lo es, ahorrar para su futuro, es una semilla que algún día florecerá en ese niño… ¿Ilusa? ¿Utópica?, no sé, ¿será que yo lo viví y espero que a mis vástagos les pase igual? El gran esfuerzo con el que lidiamos el día a día no puede quedar ahí. Lección de vida es  y ojalá  las generaciones venideras  puedan imitar algunas de estas formas de ver y luchar por una vida mejor y más justa.

 

Y así, cuando el día termina y el ocaso me regala una de esas puestas de sol, que ya me gustaría a mí tener enmarcada en mi salón, mi cuerpo y mi mente van por separado; mi cuerpo pide su sitio y mi mente sólo quiere cerrar con el cartelito de “no molesten” para que  el dios del sueño, el fornido Morfeo, me acompañe a descansar a su mundo. Allí por unas horas y sin que sirva de precedente la buscavidas de la vida real  será una mujer del montón, feliz por ser lo que siempre quiso ser de niña,”cantactriz”…

 


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