Las claves de la factura electrónica y sus ventajas para los empresarios han sido analizadas en una jornada empresarial ya que, aunque actualmente sólo es obligatoria con las administraciones públicas para cantidades superiores a 5.000 euros, para el pequeño comercio, en las relaciones con los proveedores, es el futuro.
![Jornada sobre las ventajas de la factura electrónica para el pequeño empresario [Img #43305]](upload/img/periodico/img_43305.jpg)
Una factura electrónica, explicó, “es un fichero electrónico que contiene la información exigida legalmente a cualquier factura, que se transmite de emisor a receptor por medios telemáticos y que reúne determinadas condiciones de seguridad y autenticidad”.
Factura electrónica, telemática, digital,… y otros términos son equivalentes, señaló, “siempre debe existir consentimiento por parte del receptor, y disponer de los medios tecnológicos adecuados; si en el proceso se utiliza la firma electrónica, el destinatario es el responsable de verificar la validez de la firma, y debe, por tanto disponer de los medios electrónicos adecuados; y pueden emitirse facturas en papel o telemáticas, para un mismo cliente o para unos sí y otros no, etc…, cualquier combinación es válida”.
En cuanto a la obligatoriedad del emisor, Jiménez señaló que “debe reunir todos los datos obligatorios en una factura en papel; asegurar su legibilidad; garantizar el acceso a las facturas: visualización, copia, descarga e impresión; y garantizar su autenticidad e integridad: que su contenido no ha sido modificado, más la identidad de la persona o entidad que emite la factura”.
Sobre los beneficios de la factura electrónica, destacó “la reducción drástica de los hitos/tiempos de facturación; eliminación de errores humanos, pérdidas de documentos, etc; aumento en las garantías de seguridad y autenticidad; ahorro de costes: impresión, envío, almacenamiento de papel…; acceso más directo al material electrónico almacenado; impacto positivo en el medio ambiente al reducir la impresión y el gasto de papel; modernización de las empresas, de la economía y aumenta la utilización de las TIC; y disponibilidad de información en tiempo real, facilita la toma de decisiones”.
También señaló algunos retos como “las reticencias por parte de los ciudadanos y empresas, aún existe desconfianza sobre los medios electrónicos; sistemas informáticos de gestión no preparados para su utilización en la mayorías de las pymes españolas; y que aún queda lejos la interoperabilidad de sistemas informáticos que permita su utilización masiva”.
En la relación con otras empresas, indicó, “si queremos, podemos emitir facturas electrónicas a nuestros clientes; la factura ha de reunir los requisitos legales exigibles a cualquier factura de papel; no hay un formato estandarizado, aunque habitualmente se utiliza la conversión a facturas en formato .pdf; hay que recordar que es necesario el consentimiento del destinatario; facilitar un procedimiento sencillo para la revocación del consentimiento y facilitar el acceso a las facturas durante al menos 3 años”.
Aunque actualmente sólo es obligatorio con las administraciones públicas, Jiménez considera que, para las pequeñas empresas, es el futuro, “existe sobre todo un desconocimiento y falta de formación, y también el miedo a lo desconocido y al cambio. En las relaciones con proveedores no es obligatorio, pero está aquí para quedarse”.






