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GUILLERMO FERNÁNDEZ VARA: EL CAMBIO TRANQUILO PERO CON PASO FIRME

OPINIÓN
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[Img #43421]Las encuestas que manejan PSOE y PP le conceden una ventaja de entre tres y cuatro escaños en la Asamblea extremeña, aunque estaría necesitado de apoyos para gobernar o hacerlo en solitario con acuerdos puntuales. También hace mes y medio la tendencia era justo la contraria, por lo que ha pedido a todos los socialistas que trabajen en el cambio tranquilo que promulga pero con paso firme, haciendo a un lado las previsiones y no dejándose escapar ni un solo voto, que tan decisivo puede ser en la conformación del nuevo Gobierno de Extremadura. Y es que Guillermo Fernández Vara está escaldado con lo sucedido en 2011, cuando todo apuntaba a que volvería a ser presidente y los ciudadanos dieron su apoyo  al PP, de manera injusta, si se quiere, porque el suyo había sido un mandato limpio y cumplidor con las promesas que figuraban en su programa electoral. Pero el pueblo, aun equivocándose, siempre lleva razón en democracia.

 

Ahora, a un mes de los comicios, no quiere que nadie se confíe en exceso ni se relaje. Él da ejemplo. Es el primero en llegar y el último en irse. Su actividad pública se ha multiplicado por diez, pero no ceja en su empeño de volver a ser presidente de la Junta de Extremadura. Aunque más que ganas hay que tener. Su rival, del que no dice prácticamente nada, le deja una buena papeleta: 155.000 parados y 3.000 millones de euros de déficit. Si logra su objetivo va a estar toda la legislatura hipotecado, a no ser que llegue a un acuerdo con el Ministerio de Hacienda. Con los que no habrá pacto posible será con los proveedores. A estos hay que pagarles lo antes posible. Es de una jeta impresionante estar pagando a 100 días, si es que se paga, cuando la recomendación de Madrid es la mitad de tiempo.

 

Solo se ha permitido un “descanso” este domingo 19 de abril, con la celebración de la tradicional Fiesta de la Rosa, celebrada en Casar de Cáceres, arropado por el ex presidente Juan Carlos Rodríguez Ibarra y el secretario general del Partido Socialista, Pedro Sánchez. Y tras mostrarse contento se ha permitido decir que es feliz por ser historia de Extremadura y estar convencido de que lo continuará siendo, guiño éste claro a que se ve ganador de las elecciones del 24M.

 

Guillermo, lejos de estridencias y rap peperos al uso, ha presentado una novedad si es presidente de los extremeños. Es lo que llama la “cláusula social” que se impondrá en todos los concursos públicos y contratos que tengan relación con la Junta de Extremadura. Llegado el momento, no solo se tendrá en  cuenta el precio de licitación de la obra sino la plantilla de trabajadores que presenta la empresa en cuestión. De nada vale una baja temeraria del 30 o el 40 por ciento por hacerse con una obra, si la plantilla es insuficiente o está mal pagada. Esto trae retrasos en la ejecución e incumplimientos.

 

Es una medida contra el paro, como también lo es que no continúen los sueldos de miseria de 300 o 400 euros. En su opinión, los salarios «tienen que ser dignos”, siempre de acuerdo con las capacidades, los méritos, la labor a desarrollar y los estudios exigidos. Ya está bien de maestras limpiando casas por siete u ocho euros la hora, o vendedoras de telefonía móvil que no tienen ni para el bocadillo de media mañana. O pensionistas con nóminas que llegan si acaso a mediados de mes porque los abuelos han tenido que volver a hacerse cargo de las riendas de las familias. En este sentido, Guillermo Fernández Vara ha calificado de uso de “luces de neón” la tramitación del sueldo vitalicio de 300 euros al año a las extremeñas mayores de 75 años. Ni en esto se pone de acuerdo el Gobex. Mientras dice que serán 30.000 las beneficiadas, el Estatuto Nacional de Estadística cifra el número de perceptoras en 65.000.

 

Algunos le dijimos públicamente hace cuatro meses a Guillermo que había llegado el momento de espabilar. Nos dijo uno a uno que él no pensaba cambiar de actitud, porque Extremadura necesitaba calma y pensar detenidamente los problemas y buscar soluciones. Ni siquiera cuando la encuesta de HOY afirmó que al PP le faltaba entre uno o dos escaños para la mayoría absoluta se inmutó. Le dijo a su gente que continuara trabajando. Ahora, las encuestas internas de los dos grandes partidos dan como favorito a Guillermo Fernández Vara. Tampoco se inmuta. Tiene un proyecto de región, que quiere llevar a cabo, y está convencido de que con la ayuda de los extremeños será posible.

 

Creo que hace bien no entrando en descalificaciones gratuitas ni valorando si quiera las tonterías del todavía presidente en funciones. Él a lo suyo, pero si me permite el consejo, que no deje de mirar por el rabillo del ojo lo que hacen sus adversarios. Entramos en el mes decisivo. El 24M se descubrirá el pastel, pero solamente los extremeños tienen el cuchillo que lo partirá y hará las porciones, y no todas serán iguales, eso está claro. Sin embargo, que hay formas de hacer política está más que claro. La elegante, tranquila y preocupada, o la desnortada y casi pendenciera. Dos candidatos. Dos formas de ver la vida.

 


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