PLASENCIA, LOS 42 MILLONES DE EUROS DE LAS HUERTAS Y LA PÓLVORA DEL REY , por Francisco Morales Herrero

Y yo me pregunto: ¿Dónde está la responsabilidad personal, patrimonial, civil o penal de las personas físicas, que votaron a favor de tomar estos acuerdos, de rechazar los recursos o impedir la negociación y el acuerdo? ¿Dónde está la responsabilidad personal, patrimonial, civil o penal de los funcionarios municipales que informaron favorablemente, que valoraron en precios ridículos, que certificaron o que rechazaron técnica, administrativa o jurídicamente los planteamientos de los propietarios?

[Img #47198]El problema de una decisión política, administrativa y jurídica mal calculada se convierte en un problema social de primer orden, dado que los placentinos tendrán que detraer de su inversión en equipamiento social, en atención solidaria y en inversiones productivas nada menos que 42 millones de euros para pagar los desafueros de políticos y funcionarios, cometidos hace años. Cada día que pasa los intereses suben y mientras tanto el Señor Alcalde Presidente se permite hablar, cuando menos, con ligereza, como si aún pudiese tener algún margen de maniobra, en un notable ejercicio de irresponsabilidad política que siguen pagando, hora por hora de intereses, todos los habitantes de la Muy Noble, Muy Leal y Muy Benéfica Ciudad.

 

El asunto no tiene desperdicio, aquel Alcalde, Mariño Roco, que se permitió decirle al Presidente de la Junta de Extremadura aquello de “después de Dios y el Rey sólo estoy yo” también se permitió modificar el planeamiento urbanístico para decirles a unos propietarios de solares que donde se podía construir ahora sería un parque, y que les expropiaba y les pagaba a precio de parque, claro. Y lo hizo con toda la arrogancia y poder de los votos de sus concejales, amparado en los informes del Arquitecto Municipal, de los demás técnicos, de los Letrados Municipales, del Secretario de la Corporación y de cuantos que, sin exposición administrativa o jurídica de su persona o de su patrimonio, tiraban con pólvora del Rey, si se pierde paga el Ayuntamiento, y por extensión todos los placentinos, claro.

 

No esperaban la resistencia de unos correosos propietarios, dispuestos a un pleito de 25 años sin prisas y sin necesidades,  no atendieron ninguno de los llamados realizados a la concordia y el acuerdo, a la mediación y a un justo precio, viento en popa a toda vela, que arrasaremos al enemigo. Pero no fue así. Ni uno de los equipos de gobierno posteriores, centristas, socialistas o populares se planteó una solución que no fuese la victoria judicial, o el abandono del pleito por los propietarios, pero esto tampoco fue así. Y al final se perdió, y se recurrió la sentencia, y la sentencia fue firme, y se recurrieron los intereses y se perdió todo de todo, pero pierden los habitantes de Plasencia, como perdieron los habitantes de Talavera de la Reina, ciudad hermana y hermanada de la que baña el río Jerte, pero allí por la escalofriante cifra de 148 millones de euros que pagan anualmente a los perjudicados, principal más un cálculo de los intereses que asegura el modus vivendi a siete generaciones de descendientes y a los talaveranos una deuda más que centenaria

 

Y yo me pregunto: ¿Dónde está la responsabilidad personal, patrimonial, civil o penal de las personas físicas, que votaron a favor de tomar estos acuerdos, de rechazar los recursos o impedir la negociación y el acuerdo? ¿Dónde está la responsabilidad personal, patrimonial, civil o penal de los funcionarios municipales que informaron favorablemente, que valoraron en precios ridículos, que certificaron o que rechazaron técnica, administrativa o jurídicamente los planteamientos de los propietarios? Porque son ellos y no los placentinos a través de su ayuntamiento los que deberían pagar la deuda, con cargo a sus sueldos y patrimonio, porque son ello los verdaderos responsables, todos los que votaron a favor o informaron favorablemente en estas cuestiones que ahora cuestan 42 millones de euros, y un poco más en intereses desde que lleva usted leyendo este artículo.  ¿Dónde están? ¿Quiénes son? Estos sí que se merecen una chapa en la fachada del Ayuntamiento, para recordar todos los días porqué cada placentino, aproximadamente 42.000 habitantes, debe 1.000 euros a unos señores que no han hecho otra cosa que defender sus legítimos intereses, 1.000 euros que dejarán de invertirse en gasto social o inversión productiva, una pasta, dicho en términos coloquiales.

 

Pero la traca final no es menor, se pretende recalificar las huertas para que siendo suelo urbano se pueda pagar con su valor la deuda, ¿Pero no quería el Ayuntamiento un parque?, ¿Qué pasa que si es privado no se construye pero si es municipal, si se puede? Como la valoración no llega se propone recalificar terrenos municipales, para construir torres de veinte pisos en una ciudad donde no se ha dejado a los propietarios privados desde hace años pasar de las siete alturas como mucho, ¿Qué pasa que el Ayuntamiento puede y los ciudadanos no pueden? ¿Qué se va a recalificar, por las bravas un aparcamiento configurado como tal desde hace 40 años para construir semejante desarrollo? ¿Y los vecinos? ¿Y las densidades? ¿Y los equipamientos? ¿Y los aprovechamientos?  Volvemos a lo mismo a la arrogancia y al atropello, yo soy el Ayuntamiento, popular en este caso y hago lo que quiero y usted con el solar de al lado se aguanta, por no utilizar una expresión más soez.

 

Y ahora, ahorita mismo no más, como diría un novohispano, el Señor Alcalde Presidente se despacha con perlas como que los 24 millones que les da Montoro son para negociar y no para pagar, ¿negociar qué y por cuánto tiempo? Intereses sube que te sube. No está claro que la deuda sea ejecutable en los términos que con un particular por ser una administración, pero los letrados de los propietarios ya estarán estudiando como cobrarse los 24 millones el mismo día de la transferencia, ¿negociar tras una sentencia firme y definitiva? Qué risa, haber negociado antes.

 

Y sigue, que espera que los propietarios renuncien a los intereses, 18 millones de euros al empezar a escribir, ahora más ¿porqué renunciar? ¿Renunció acaso el Ayuntamiento a su pobre valoración y al pleito? ¿Se permitió alguna concesión en este montón de años? Ahora sí, una vez todo perdido toquemos la fibra sensible ¿Y si hubiese sido al revés, le hubiesen pagado más a los propietarios? ¿Renunciar a lo que justa y legítimamente se ha ganado, contra tiempo y marea, en defensa de semejante atropello? Los propietarios no son culpables de la situación, son las víctimas de las decisiones tomadas. Los culpables son otros, no se intente distraer la atención.

 

Y como final, la guida de las guindas, que acepten cobrar el suelo, podría ser, pero con qué tasación, porqué a un 25 por ciento del valor de la misma a fecha de enero de 2007, que sería la única referencia posible, no hay suelo municipal suficiente en la Ciudad del Rey Alfonso VIII de Castilla para pagar, salvo que lo recalifiquemos todo y aún así, ¿cuándo se desarrollaría y a que precio?

 

Los propietarios no son tontos, como parece creer el actual equipo de gobierno, que si no es responsable de la generación y desarrollo del problema, si es responsable de su solución. Los propietarios ni tienen necesidad, ni tienen prisas, en este rato se les debe más dinero y mientras tanto el Señor Alcalde Presidente enredando como encantador de serpientes, lo que pasa que sus trucos, que están muy vistos, cada segundo que pasa les cuestan, “una pasta” a los placentinos. Paguen y acaben por favor, y pongan la placa en el ayuntamiento con los nombres, para ver si los que quedan vivos se atreven a pasearse por la calle, que hace muchos años que se acabó eso de tirar con la pólvora de Su Majestad.  

 

El autor es  especialista en análisis crítico sobre política social y solidaria.