Pedro Sánchez ha dado a conocer aunque no de manera explícita que su intención es ser Presidente del Gobierno a cualquier precio. Y el precio pasa por venderse al mejor postor aunque a este le sude literalmente la unidad de España.
Mientras esto sucede, en Cataluña comienzan a darse la situación propia para conseguir lo que ocurrió en Octubre de 1934 cuando de manera unilateral, rompió con España y se declaró independiente. Todo ello fruto de una inestabilidad política porpia como la de ahora, aunque algunos salgan a decir que «no hay comparación ni similitudes». Bueno, pues sí que las hay porque los escenarios parecen repetirse.
Pero dejando a un lado el tema catalán que salió a colación, volvemos a hablar del oportunismo de Pedro Sánchez, quien después de que Susana Díaz le dejara claro que: «tampoco se puede sentar a negociar con fuerzas políticas que están planteando la ruptura de España y el soberanismo, a cualquier precio», el Secretario de los socialistas en España saca pecho y como si de un hombre chapado a la antigua de esos que dan un golpe en la mesa de su casa y «aquí se hace lo que mis cojones manden», le espetó a la Presidenta de Andalucía que: “ella tiene cultura de partido y sabe que es esta dirección y es mi persona, como secretario general, la que marca y propone la líneas políticas a nivel federal”. Pero Susana es hueso duro y como debe ser, sigue sacando más pecho aun ante declaraciones tan desafortunadas de «ordeno y mando» y le recuerda a Sánchez que: «la política de pactos se decide en el Comité Federal». Y no solo Andalucía le ha dicho «no» a Sánchez.
En Extremadura han ido más lejos y los diputados socialistas y el Secretario Regional, Fernández Vara, han sido muy claros: rechazan el pacto con Podemos y nacionalistas. Todos han decidido respaldar a Vara en su idea de asegurar la unidad de España, aunque Sánchez no entre en la Moncloa como presidente. Los extremeños han dicho alto y claro que el modelo de España no se negocia y si Podemos exige al PSOE un referéndum para independizar a Cataluña, Pedro Sánchez no debe ni tan si quiera sentarse a negociar con Podemos pensando en formar un gobierno alternativo al PP, porque «ahí no va a encontrar apoyos».
Si después del batacazo que se ha pegado el PSOE que, estando en la oposición en vez de recuperar apoyos los sigue perdiendo a espuertas, debe hacerse mirar muy seriamente su problema porque están haciendo méritos para llevar al partido a ser una fuerza con poca fuerza. Y es que me da la impresión que Sánchez no tiene nada más allá de su sex appeal (sexapíl), aunque se le intuyen buenas intenciones, pero siempre deben hacerse dentro del juego limpio. Y hay tres jugadas sucias desde mi punto de vista por parte del candidato socialista que ponen en duda su «limpieza»: la primera fue en Madrid con la destitución de Gómez (elegido democráticamente) y el nombramiento a dedo de Gabilondo. La segunda, sin lugar a dudas, la salida de tono en el debate con Rajoy. Lo estaba haciendo muy bien hasta que demostró unas formas de las que muchos compañeros suyos se quejan que reciben en ayuntamientos, diputaciones y/o gobiernos regionales por parte de otros políticos. Y para terminar, este desafío a su propio partido porque «las líneas las marco yo». Pues sí, las líneas las marcan los líderes pero no se olvide Sánchez que, cuando las líneas no van con el sentir mayoritario, los políticos deben irse a casa. ¿O es que no recuerda que usted quiere evitar el gobierno de Rajoy porque se saltó las líneas?. De momento usted no se las ha saltado, pero hace amagos. Y recuerde, las líneas rojas se incendian y quien juega con fuego, se quema.