![ULTIMA LECCION DE DON ABILIO [Img #48924]](upload/img/periodico/img_48924.jpg)
Esa estampa la guardo en mi colección retrospectiva de imágenes, sus palabras, los paseos por un gran predio – donde le acompañaría, supongo que por botánica -, no lejano de la Plaza de Colón, pero con la mirada a La Montaña, tardes y tardes – y lo mismo haría, no recuerdo el por qué en el Algibe, tal vez en busca de ranas para experimentos, con aquella estampa de traje negro y sus gafas de la época. A veces, me preguntaba qué hacía yo, junto a este hombre de otra época… Y sus palabras de otro tiempo en la joya pétrea del aljibe, – los Rainieros lo visitarían años más tarde -. Eco de latines de las monjas de clausura, figuras que entraban o salían de la iglesia de San Mateo, campanas y cimbalillos, al lado el Víctor del General Franco, asomado al balcón, en un Cáceres enfervorecido, en fin, joya medieval guardada en el cofre amarillento de mis neuronas, la senda del “Insti”, la bajada y el padre José con pecadores de alivio, por su mal castellano.
Veinticinco paginitas, como un devocionario, abreviatura de su sabiduría condensada en un pequeño, pero brillante opúsculo: “Ultima lección” del catedrático Dr. D. Abilio Rodríguez Rosillo, 22 –II – 1961. Así se despedía este sabio alcarreño con “Abejas y Flores”. Qué riqueza como el polen, que me gustaría que brotara en estas humildes palabras. Cuánta sabiduría en veinticinco páginas, qué amor, qué profundidad como quien es un coleccionista de abejas – qué feliz habría estado él en la Alcarria –; y esas flores como jardinero mayor de la tierra –, la ruta de las abejas para localizar las flores, cuánta Naturaleza, que “el 22 de abril de 1915 iniciaba mis tareas académicas en el Instituto de Figueras (…) “Hermosa flor de esta bendita tierra, que hasta en sus ruinas tiene albergue la poesía”. Y cita y se despide de Gabriel y Galán, primer cantor de las tierras extremeñas… Adiós Instituto.” Y hasta siempre, Don Abilio, entre su flores.
Al generoso amigo, Julián Manzano, por el regalo de “La última lección” de Don Abilio.
 
								






