“Cáceres cuenta con uno de los museos de escultura contemporánea al aire libre más importantes de Europa” (ABC 5 de enero de 1997).
A ese museo se incorporaron posteriormente nuevas esculturas de notable mérito, se quería constituir una realidad con la intención de contribuir al aumento de los referentes culturales de Cáceres, que por entonces aspiraba a ser Capital Cultural de Europa en el año 2016, algo que no pudo ser. El Jurado del Certamen, en Octubre de 2010, emitió un informe motivando la desestimación de las ciudades de Cáceres, Alcalá de Henares, Cuenca, Málaga, Murcia, Oviedo, Pamplona, Santander, Tarragona. Burgos, Córdoba, Las Palmas, Segovia y Zaragoza, quedando San Sebastián que es la ciudad que luce su titulo desde el día 1 de Enero de 2016, el Portavoz del Jurado justificó el triunfo de San Sebastián en el hecho de sumar como valor añadido un hipotético factor positivo que la capitalidad podría suponer para el proceso de paz.
Esta inédita justificación sembró una sensación de asombro y perplejidad en las ciudades que competían, ya que esta competición para optar a la Capitalidad Cultural de Europa en el 2016, gozaba de un prestigio, ganado a lo largo del tiempo y que se lo propiciaron las propia ciudades participantes
Con ese museo en la calle, se pretendía conjugar el Arte con la Naturaleza en un espacio compartido y cercano al paso de las gentes en la calle, a pesar de que por esa cercanía, algunos con vocación de vándalos urbanos, sintieron la tentación de hacer alguna “gracia”, agrediendo lo que está para el ornato y mejor presencia como sucedió en la Plazuela de la Concepción con el Monumento a “El Redoble” o en San Juan con la escultura de Leoncia la histórica vendedora del Periódico EXTREMADURA, que se situaba en esa Plaza de San Juan, donde ahora está su estatua, o como sucedió con la del Barón Pierre de Coubertain, entonces ubicada en el Paseo de Cánovas cuando su cabeza desapareció, para ser encontrada después, pidiendo perdón los autores del hecho y que ahora se encuentra ubicada frente al Pabellón Multiusos en la calle que lleva su nombre.
La ciudad de Cáceres, declarada ciudad Patrimonio de la Humanidad en el año 1986, con uno de los recintos de tipo medieval de los más importantes del Renacimiento español con un estado de conservación excelente, en el que destaca su aljibe hispano-árabe, uno de los restos que ha pervivido de la alcazaba militar almohade que llama la atención de cuantos lo visitan, al igual que el convento de San Pablo, la ermita de la Paz, el palacio de Carvajal o el de los Golfines.
Es importante el trabajo realizado por el arqueólogo Víctor Gibello Bravo y María Teresa Cabezas en el año 2008 por encargo del Ministerio de Cultura en el aljibe de la Casa de las Veletas, que da una nueva perspectiva de este espacio de 140 metros cuadrados distribuidos en cinco naves de cuatro arcadas, sobre doce columnas y un pilar, en cuyo estudio se afirma que el aljibe del Museo de Cáceres fue originalmente un templo religioso musulmán, por lo que propone que se tenga en cuenta este hecho en las reformas que se vayan a llevar a cabo del museo, «y que se contemple recuperar el acceso al público a lo que sería la sala de oraciones de una mezquita».
Esas esculturas contemporáneas, que están en la calle, fueron posible por la colaboración de instituciones, empresas y ciudadanos cacereños, que contribuyeron a la financiación de las mismas.