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La adjudicación de las rutas escolares crea gran revuelo entre los transportistas

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  Gran desasosiego y malestar está cundiendo, como es fácil comprobar, entre los pequeños y medianos transportistas extremeños que se han venido encargando de cubrir las rutas escolares en las comarcas de Las Hurdes, Tierras de Granadilla y Valle del Alagón.  Parece ser que las quejas también afectan a otras demarcaciones geográficas de Extremadura.

[Img #52616]Todo este desasosiego es producto de la adjudicación que la Junta de Extremadura ha hecho del transporte escolar.  Según refieren los transportistas de las referidas comarcas, los responsables de adjudicar las rutas escolares carecen de un mínimo de sensibilidad social, ya que no se ha tenido en cuenta quiénes son los que pagan impuestos en Extremadura y el enorme esfuerzo realizado durante años para crear una empresa familiar. Denuncian el haber abierto las puertas a los grandes tiburones o multinacionales del transporte, como la empresa “Alsa”, que ha metido, a la hora de licitar, bajas temerarias, con las cuales no pueden competir las medianas y pequeñas empresas.  Ello, según dicen algunos transportistas, es propio de políticas radicalmente neoliberales, de derechas, y completamente antisociales, que van a llevar a la ruina a un puñado de gente que apostaron por invertir en la región extremeña, quemándose las cejas en comprar cuatro autocares y crear varios puestos de trabajo.

 

     Según parece, “Alsa”, que no paga impuestos en Extremadura, se ha quedado con la mayor parte de las rutas escolares.  Su baja temeraria y sus reclamaciones han sido aceptadas de buen grado y, ahora, han metido en muchas de las rutas autocares con miles de kilómetros en su haber y que, al decir de algunos, son “unos auténticos animales antediluvianos que ocupan gran parte de la calzada de las carreteras de estos pueblos, que suelen ser bastante estrechas, por lo que ralentizan la que debiera ser fluida circulación e impiden el normal adelantamiento”.  Relatan que estos autocares no pueden maniobrar con soltura dentro de los cascos urbanos de estos pequeños pueblos, dado su enorme tamaño y su arcaica tecnología. Casos se han dado de no poder acceder a algunas alquerías o aldeas de Las Hurdes, a fin de recoger a los alumnos. También comentan los afectados que dicha empresa multinacional, según informaciones que les han llegado, ha tenido que contratar deprisa y corriendo a conductores, sacándoles del paro, sometiéndoles a unos cursillos acelerados y con un sueldo tercermundista.

 

    [Img #52615] Las redes sociales están que arden. Los ánimos están muy encrespados y, a tenor de lo que se escucha, cargan las culpas sobre los políticos de la Junta, a los cuales “se les llena boca hablando de levantar Extremadura y luego sus hechos dicen lo contrario, pues se ríen del sudor y del esfuerzo de los extremeños, dándoles el pan a los de fuera”.  Reniegan de los políticos y exclaman que “a ellos no vengan a pedirles el voto”.  A las quejas y el malestar de los pequeños y medianos empresarios de la zona, se han unido las voces de los padres de alumnos, que manifiestan que no van a permitir que sus hijos monten en “unos trastos a los que les suenan todos los huesos”.  Noticias corren por estos pueblos que los afectados no se van a resignar a lo que consideran un auténtico desafuero.  Hablan de que “con el pan de sus hijos no se juega” o que “sus hijos no se van a exponer a un peligro diario”.  Esperan que las corporaciones locales, sindicatos y otras entidades estén a la altura de las circunstancias y se solidaricen con ellos.


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