“¡Qué! ¿Cómo fue la fiesta hogaño?”.
Plétora. Hubo “over buking”, o como se diga. Nosotros fuimos el domingo, día 20, el día grande, vamos, y hubo gente para dar y tomar. Como llegamos pronto, nos fuimos directos a “La Granja” para tomar un café, y sin problemas, aunque ya había su gente. Luego a la plazuela de la Iglesia y a casa de Pedro, visita obligada. Pedro es carantoña más o menos desde la Edad Media, y lo que te rondaré hasta que el cuerpo aguante. La plazuela del altozano se fue llenando poco a poco, de gente y de carantoñas.
“¿Por qué dices altozano?”
Porque altozano viene de “ante hostiano”, delante de la puerta, para que nos entendamos. Pero si te molesta, lo quito, eh? Bueno, a lo que estamos. Como la mayodormía era no sé quién, y por lo visto había casa en el Rincón del Palacio, allí se fue arremolinando el personal y se formó la plétora. Hasta que salió nuestro santo patrono y ya la comitiva tomó la dirección acostumbrada: calle San Juan, plazuela de San Sebastián (de don Enrique decíamos antes), Ramón y Cajal, etc. En la Plaza había ya gente por todos lados, calleja de La Villa abajo, poco más o menos, y en el Campo, ni te cuento.
“Vamos a por otro café en ca la Mariana”. Imposible. No se podía ni entrar. Bueno pues esperaremos por aquí hasta ver pasar la comitiva. La una y pico. Vamos a tener que dejarlo. Mañana San Sebastianino, lunes; pero no podemos venir, concho, y seguro que sería el festejo más parecido a aquellos de antaño, sin tanto barullo, tanta gente y tanto coche. A ver, si acaso, el año próximo. Que nuestro santo mártir nos proteja a todos.
