Rómulo Peñalver, 24 de febrero de 2025.- La madrugada del sábado quince de febrero de 2025 no se le olvidará a Carolina Yuste. El cine español escribió una nueva página en su historia. En el escenario de los Premios Goya, entre la emoción y la ovación de un público entregado, Carolina alzó su segunda estatuilla. Con 33 años y una carrera construida a base de talento y perseverancia, la actriz extremeña sumó un nuevo reconocimiento a su trayectoria al coronarse como Mejor Actriz Protagonista por su imponente interpretación en La infiltrada.
Desde su irrupción en el panorama cinematográfico con Carmen y Lola (2018), que le valió su primer Goya como Mejor Actriz de Reparto, Yuste no ha dejado de consolidarse como una de las figuras más versátiles y poderosas de su generación. Su pasión por el arte dramático se gestó entre Badajoz y Madrid, donde se formó en la Real Escuela Superior de Arte Dramático (RESAD) y en el centro de investigación teatral La Manada. Sin embargo, lo suyo con la interpretación va más allá de la técnica: es un compromiso con la verdad y la esencia del ser humano. “El trabajo de actriz consiste en el estudio del comportamiento humano”, declaró en una entrevista reciente, dejando entrever que su formación en Antropología en la UNED no es casualidad, sino una extensión natural de su vocación.
La interpretación que le ha valido su segundo Goya es un claro testimonio de su capacidad para habitar personajes con una profundidad que trasciende la pantalla. En La infiltrada, Yuste encarna a Arantxa Berradre, una policía que se infiltra en ETA y cuya valentía salva vidas, un papel que exigía un nivel de intensidad emocional y transformación física que pocos intérpretes podrían asumir con semejante credibilidad. Su actuación no solo conmovió al jurado, sino que se impuso ante rivales de la talla de Julianne Moore, Tilda Swinton y Emma Vilarasau, una hazaña que reafirma su estatus en la industria.
Pero el viaje de Carolina no ha sido un ascenso meteórico sin esfuerzo. Ha sido una construcción meticulosa, labrada con la misma entrega con la que, en sus inicios, recorrió los escenarios teatrales con Las brujas o coprotagonizó Suaves en el Teatro Pavón. Su amor por el teatro sigue latiendo en cada papel que elige y en su manera de entender la interpretación como un oficio artesanal que requiere entrega absoluta.
Más allá de su talento, Carolina Yuste es una mujer hecha a sí misma, que ha recorrido este camino sin perder la esencia de quien es: natural, cercana y auténtica. Sus compañeros de profesión destacan no solo su capacidad actoral, sino su calidez humana, su humildad y su compromiso con quienes la rodean. No es solo una actriz brillante, sino una persona que ilumina cada espacio en el que se encuentra, sin artificios, con la sencillez y fortaleza de quien ha sabido labrarse un destino sin perder la conexión con sus raíces.
Desde la chica que soñaba con contar historias hasta la actriz que hoy domina la escena nacional, Carolina Yuste encarna el éxito forjado con trabajo, compromiso y pasión. Y si algo ha demostrado hasta ahora es que su historia en el cine español está lejos de llegar a su clímax. Con dos Goya en su estantería y un talento que parece no conocer techo, el futuro le pertenece. La gran pregunta ya no es qué premio ganará a continuación, sino hasta dónde llegará una estrella que brilla con luz propia.
