Una persona con gran responsabilidad política se manifestó no hace mucho tiempo, de forma muy grosera para defender que las mujeres no estén solas cocinando mientras el resto de la familia espera para acercarse a cenar. Hay que conseguir la igualdad de hombres y mujeres pero exigiendo el cumplimiento de las normas en vigor, que son muy completas, sin perder la compostura. Con la máxima educación y respeto .Decir públicamente que esta mujer, a la que se bautiza como Charo está “hasta el coño, es una manifestación que debe rechazarse. Una grosería degradante. Actualmente hay una gran conmoción por los abrazos a una jugadora futbolísticas al parecer no deseados de un alto directivo del mundo futbolístico.
Es elogiable impedir los abusos y efusiones no queridas si bien debe recordarse los sufrimientos que tienen que soportar las mujeres y las niñas en ciertos países que son obligadas a contraer matrimonio apenas alcanzan la pubertad, sometidas a ablación genital de forma brutal con graves consecuencias físicas y psicológicas así como una acción terrible: el aplastamiento del pecho con planchas calientes que producen terribles dolores y desfiguran su cuerpo para alejar las violaciones y enterrar sus cuerpos bajo un manto en el que apenas pueden respirar. Recientemente recibimos la noticia de la situación que están padeciendo las mujeres obligadas a dejar los estudios universitarios. Es mejor que no tengan educación y cultura para impedir sus reivindicaciones y que se oculten en vida bajo un manto que apenas les permite la visión. La ciudadanía no puede permanecer indiferente. Es también responsable por su pasividad. Debe conmoverse todo ser humano ante esta crueldad. No hay posibilidad de indiferencia frente a la comisión de tan aberrantes delitos, que sigue y sigue durante años.
Aquí deben centrarse nuestras reclamaciones. Luchar por la Igualdad solo con palabras no tiene éxito. Charo protesta por tener que hacer la cena pero es una reclamación poco importante si se compara con el hecho del asesinato en nuestro país de tantas mujeres e, asesinadas, miles de denuncias por violencia machista tres que acaban con la pareja que ha compartido la vida y el amor . Todos los ciudadanos deben poner su afán en la prevención que destroza a una familia entera: la madre muerta, el padre en prisión, los niños indefensos y los abuelos con un dolor infinito .Nadie pueden seguir adelante con normalidad. Una tragedia para siempre.
Hay que prevenir con educación ejemplos y empeño para que niñas y mujeres tengan derecho a decidir, gozar de libertad y que se respeten sus vidas exigiendo el control absoluto de los desequilibrios que terminan en muerte.
La Asamblea General de las Naciones Unidas ha tratado durante años de concienciar sobre este problema importante con la finalidad de que los gobiernos tomen urgentes medidas que acaben con estas situaciones. Este Organismo proclama un Día Internacional. Es un aldabonazo, una llamada de atención, pero no es suficiente.
Algunas ONG han salido recientemente a dar la voz de alarma con campañas importantes. La sociedad tiene que movilizarse mostrando su rechazo a las prácticas que atacan a la infancia, ciegan las posibilidades de su futuro y expulsan a las mujeres de los centros de cultura. Es muy grave cuando al final se acaba en asesinato.
Todos estamos llamados a actuar y esforzarnos por conseguir que se acabe con la iniquidad que ataca a estas personas tan indefensas . No hay que callar ante el hecho de que no puedan acceder a la instrucción, a un trabajo determinado, a una vida digna. Reaccionar y dar batalla sin descanso contra esta inhumanidad. Lo de hacer la cena que asume “Charo” en solitario, es una simpleza respecto a los efectos de la desigualdad de derechos y de la terrible estadística de asesinatos que nos impide vivir con tranquilidad. Lo de la efusión deportiva no puede aceptarse pero sería conveniente clamar de la misma forma por la violencia de cualquier clase.
La autora es Académica Correspondiente de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación