El nombre de la gira de David Bisbal, ‘Me Siento Vivo’, parece hecho a medida para él. Dueño de un espectáculo potente y cuidadosamente elaborado, David Bisbal llegó al Teatro Romano de Mérida en el STONE & MUSIC Festival para cautivar al público desgranando una larga sucesión de los éxitos musicales acumulados en su larga carrera, a pesar de su juventud, con tan solo 44 años, y más de 21 años desde su debut en un concurso televisivo.
Interpretó tanto sus clásicos como sus temas más recientes. Vistiendo un elegante atuendo rojo completo con chaqueta y pantalón acompañados de botines negros, David Bisbal conquistó al público desde el primer momento y recibió un gran aplauso cuando realizó su primer giro al final de la canción ‘Ajedrez’.
Ahí, la multitud estalló en ovaciones. En su repertorio incluyó 29 canciones una tras otra, aunque también se tomó un momento para dirigirse al público emeritense: «Por primera vez en mi vida, estoy cantando en este maravilloso lugar, el Teatro Romano de Mérida. Cuántas lunas habrán pasado por aquí en más de dos mil años», dijo antes de continuar con ‘Quién me iba a decir’, ‘Torre de Babel’, ‘Lloraré las penas’, ‘Camina y ven’ y ‘Oye el boom’.
Luego llegó ‘Mi princesa’ y las luces bajaron, el ritmo se suavizó, y llegó ese momento íntimo que conectó con la audiencia. David no dejó de bailar y mostrar su inigualable voz en el escenario bimilenario, que contaba con una gran pantalla inclinada que añadía un elemento extra al espectáculo. Luego llegó el turno de un ‘medley’ de baladas que incluyó ‘Quiero perderme en tu cuerpo’, ‘Esta ausencia’, ‘Culpable’ y ‘Dígale’. Para esta parte del concierto, Bisbal cambió su atuendo a pantalón y camiseta negra y chaqueta gris. Antes del gran final, David Bisbal interpretó ‘Si tú la quieres’, ‘2 veces’, ‘A contracorriente’, ‘Bésame’, ‘Perdón’ y ‘A partir de hoy’, un emocionante popurrí que fue coreado por todos los espectadores.
Luego, siguió el vértigo con tres de sus grandes éxitos: ‘Corazón latino’, ‘Bulería’ y ‘Ave María’. Y lo hizo con una camiseta que tenía como lema una de sus frases más míticas: «¿Cómo están los máquinas?». El Teatro Romano de Mérida vibró con estas interpretaciones. El cantante estuvo acompañado por un grupo de músicos de gran calidad, especialmente en las guitarras y la percusión.
