Los hechos ocurrieron a principios de febrero, cuando gracias a la colaboración ciudadana, la Guardia Civil tiene conocimiento de la muerte de un perro tras recibir un disparo en la zona craneal que le produjo la muerte al instante.
Al llegar los agentes al lugar, una zona aislada a las afueras de la localidad de Coria, observaron «una gran mancha de sangre seca de la cual fluye un rastro hasta un zarzal, donde se encuentra el cadáver de un perro macho adulto», según relata la Guardia Civil en nota de prensa.
En ese momento, la Guardia Civil verificó que la muerte del animal había sido producida por el disparo de un arma en la zona craneal, apreciándose el orificio de entrada, tras lo que localizó el microchip identificativo a través del que se pudo determinarse la propiedad del animal.
Así, y en el marco de la investigación, los agentes pudieron ubicar a la hora y en el lugar que ocurrieron los hechos, a un varón, vecino de Coria y con el mismo domicilio que la propietaria del animal.
Tras prestar declaración en dependencias de la Guardia Civil, este hombre confirmó que había sido el autor de la muerte del animal, que había ocasionado con una pistola de bala cautiva, similar a las que se utilizan en los mataderos, y que poseía de forma ilegal. El arma fue intervenida por la Guardia Civil.
Finalmente, la Guardia Civil procedió a la detención de este hombre como supuesto autor de un delito de maltrato animal, y fue puesto a disposición del Juzgado de Instrucción de Guardia de Coria.
