A principios del mes de noviembre comienza todos los años una campaña de recogida de alimentos que se distribuyen entre las familias menos favorecidas. Realizan los reparto miles de voluntarios que con un gran sentido social apoyan este proyecto. La regulación del voluntariado es muy completa y extensa en nuestro ordenamiento jurídico. Algunas Comunidades han publicado sus propias normas especiales como la de Extremadura, que establece una regulación en la que se desarrollan los aspectos más importantes de la actividad voluntaria. Contiene la forma de realización de este valioso apoyo económico y como señala su Preámbulo, nace del diálogo social para acoger las expectativas de la ciudadanía.
Todos los años nos encontramos con miles de personas entregadas al bienestar de los demás invirtiendo su tiempo y actividad a trabajos no remunerados con el fin de ayudar a los necesitados, unos lo hacen por sus creencias religiosas y otros por su bondad natural que les inclina a invertir su actividad para ayudar a los menos favorecidos en cualquier circunstancia, bien sean los que van a misiones en lejanos países atendiendo a niños, ancianos y asistencia sanitaria en poblaciones carentes de los mínimos cuidados médicos, como a los que sin desplazarse, tanto particulares como entidades públicas, tienen la decisión de ser útiles al colectivo social. Muchas personas mayores que disponen de tiempo libre se ofrecen a visitar a enfermos y acompañar a los que viven solos y necesitan atenciones que alivien su soledad. Igualmente hay que señalar la cantidad de jóvenes que sin limitación alguna realizan trabajos muy útiles. Son destacables los profesionales médicos que aportan colaboración gratuitamente. Es igualmente excelsa la práctica que realizan los llamados Bancos de alimentos y de ropa repartiendo a diario enseres y comida a aquellos que no tienen medios para comprar lo más elemental y a los que se aplica el término eufemístico, de personas vulnerables.
No hace mucho tiempo se publicó un estudio extraordinario sobre la Acción Voluntaria .Su autor Demetrio Casado un sociólogo muy involucrado en el desarrollo de las prácticas sociales que analizaba la solidaridad y participación ciudadana tanto de carácter individual como público. El ensayo es un análisis histórico de gran valor. Se relaciona en esta obra la importancia de fundaciones como la de Teresa de Calcuta, así como la organización Cáritas con extensión internacional ocupándose especialmente de los problemas de los enfermos con actividades variadas y encuentros a las que convocan a personas que están solas para aliviar su soledad, muchos con edad avanzada que se van quedando aislados por el olvido de amigos y familiares. Cada participante aporta lo que cree oportuno. Con esta forma de colaboración las personas de edad pueden dar y a la vez recibir. La gerontología actual aboga por la participación activa y aconseja a la gente mayor que no se quede esperando lo que pueden hacer por ellos. Disfrutar de la familia, del merecido descanso todo lo que se pueda, de viajes interesantes, pero incluyendo actividades que sirvan de estímulo y eleven la protección a los que requieren apoyo físico o psicológico que en muchas ocasiones se encuentran con dificultades importantes. Solo hay que mirar alrededor.
Las leyes del voluntariado suplen el vacío de una economía frágil a la que no se puede o no se quiere aliviar de forma oficial. De nuevo recordar que se ha declarado el día del voluntariado, el 5 de Diciembre, para destacar la acción del voluntariado y propagar la oportunidad que se ofrece en estas campañas de ayuda que llevan a cabo un trabajo extraordinario. La fecha se declaró en 1986 por la Asamblea de la ONU aunque Unicef ya había comenzado esta campaña en el año 1.950. El Día Internacional sirve de apreciable recuerdo